CINE DE ANIMACIÓN | Bill Plympton, cineasta dos veces nominado al Óscar: "Siento que estoy empezando mi carrera, no terminándola"

Entrevista |

Bill Plympton, cineasta dos veces nominado al Óscar: "Siento que estoy empezando mi carrera, no terminándola"

Invitado como padrino del Festival Animayo, el dibujante eligió Gran Canaria para presentar en España su último largometraje, 'Slide' (2023), película esbozo de su infancia

El animador estadounidense Bill Plympton

El animador estadounidense Bill Plympton / José Pérez Curbelo

Cualquiera diría que el que se pasea en 'cholas' fosforito por la recepción del hotel es el cineasta dos veces nominado a los premios Óscar, Bill Plympton (Portland, EEUU). De todas maneras, ¿qué esperar de un hombre que acuesta en el mismo lecho a dos caricaturas de Donald Trump y Vladímir Putin? Acostumbra a andar mordiendo la misma pluma con la que crea animaciones tan satíricas que hincan el diente y levantan ampollas sociales. Sin duda, la prueba viviente de que existen caminos fuera de la animación mainstream producida por grandes estudios.

Alto, desgarbado y el cuello del polo levantado, el animador de cine tiene mejor sujetos los pies a la tierra que otros que han experimentado la mitad de su éxito profesional. No tiene reparo en regalar dibujos con el que comparte un rato de charla agradable, y busca cualquier superficie donde plasmar su arte. En esta entrevista para LA PROVINCIA/DLP, que dio de sí tres monigotes estilo Plymptoons en el reverso de la carta de un bar, el cineasta conversa sobre su último largometraje, Slide (2023), presentado en el Festival Animayo.

Como profesional de prestigio, imparte clases magistrales a estudiantes, ¿qué conocimientos les comparte?

Aparentemente, soy único porque sobrevivo como cineasta de animación independiente. No acepto el dinero de Disney, Pixar, o de instituciones públicas. El dinero que uso lo generan mis otras películas. Los cortometrajes, sobre todo, y luego, por supuesto las colaboraciones. Mi intención es mostrarles a los estudiantes que no tienen que trabajar para una gran empresa. Si tienen convicciones fuertes y un carácter divertido, pueden hacer reír a la gente y eso es lo que se necesita para ser un animador de éxito.

Soy único porque sobrevivo como cineasta de animación independiente

Esa convicción y carácter único le llevan a usted a apostar por el dibujo a mano.

No es digital, exacto. Me gusta dibujar con un lápiz sobre el papel. Es como si fuera un niño de nuevo. Es más rápido, más barato... Para mí es más divertido y realmente lo disfruto.

En la cabeza de muchos, dibujar a mano no es un proceso rápido...

Bueno, depende de cómo sea tu facilidad para crear. Yo puedo hacer un dibujo en cinco minutos, así que en una hora puedo llegar a crear tres segundos de animación. Si hablamos de colaboraciones produzco hasta diez segundos al día. Ahora mismo me siento bien y siento que tengo una buena visión. Si sé exactamente lo que quiero dibujar el proceso es rápido.

Mi intención es mostrar a los alumnos que no necesitan trabajar para una gran empresa

¿Explicó también su dogma: breve, gracioso y barato?

Claro. Esas son las tres normas principales para crear animaciones. La número uno es "Hazlo corto", como de 70 minutos. Esa es la duración perfecta para un largometraje. Si es un corto, 2 o 3 minutos es lo óptimo. Y de esa manera serás más rápido, no será tan caro y el resultado se verá genial. La imaginación puede dar lugar a historias muy locas. Y eso es lo que hago para crear mis películas.

Continúe, por favor.

La segunda norma es "No te gastes mucho dinero en ello". Haz todo por ti mismo. Es exactamente lo que yo hago, me encargo de todos los dibujos. Por último, la número tres es "Hazlo divertido". Eso es muy importante porque si creas algo divertido, e incluso aunque carezca de una estética atractiva, mientras sea divertido, a las personas les da igual. Solo quieren reirse. Intento seguir estas tres reglas y las películas triunfan.

Provocar la risa no es fácil...

Lo sé, pero también les hablo de cómo hacer comedia. Escribí dos libros y en ellos explico que la clave es hacer ver a los humanos como humanos. Yo vivo en la ciudad de Nueva York y por la calle veo cosas rarísimas. Tipos de risa, personas raras, animales... cosas en general bastante raras. Y me inspiro. Para satirizar situaciones hay que ver el humor en la vida. Algunas personas están tristes y sienten que la vida no es agradable ni bonita, pero si logras ver el humor de tu entorno, creo que tu vida irá mejor. El humor es muy importante.

¿Ve eso en los estudiantes?

Yo sé que cuando estás produciendo tu primera película quieres hacer algo serio. Muy experimental y oscuro, pero para mí el humor es de verdad lo importante. Es algo así como un gran premio Nobel para la humanidad que hace que todo el mundo ame su vida más.

¿Y cómo usa la sátira en Slide, su nuevo largometraje?

Crecí en Oregón (EEUU), al norte de California, con muchos árboles y montañas. Quería producir una película de mi vida allí, pero dándole un toque de ficción. El ambiente callejero de Oregón es muy corrupto y el alcalde es un hombre muy malo. Llega a matar a gente... es un poco como Trump. Por otro lado está este cowboy, un vaquero que no habla mucho y solo toca la guitarra. Este hombre llega a la ciudad y limpia la corrupción solo con su música.

No todo quedará ahí.

Hay también una historia de amor y vemos una explosión de rodajes en Hollywood que traen un montón de estrellas de cine. Todo se encuentra en un punto de la película y hay una gran batalla. Me encanta el concepto de "Bad guy" [en español, villanos de película]. Por alguna razón, pensé que serían sencillos de dibujar. Al final he creado 100 "bad guys" en Slide. Más villanos que nunca.

¿Por qué la música es el arma?

No me gustan las pistolas. Creí que era una buena forma de limpiar la ciudad.

Hábleme sobre el proceso creativo de la película.

La idea inicial era hacer un western con música country. No sé si conoce a Tammy Wynette o a Johnny Cash. Yo quería esa música en una animación. Nunca la he visto antes. Y luego pensé que sería genial si estuviera en un campamento, todo hecho de madera. La primera parte va de eso: cargarse el bosque derribando los árboles. Después me dieron ganas de añadir 100 villanos [risas].

¿Se atreve a contar alguna escena?

Hay un gag que es uno de mis favoritos. El alcalde malvado de la ciudad convence a todos los villanos de querer matar al protagonista, y dice: "Quiero asegurarme de que todos sean aptos así que denme una risa de villano". Todos se ríen con la risa estereotípica de los malos, pero el más villano de todos se ríe como un niño pequeño, así que lo echan. Me encantan los clichés, es lo que hace reír a las personas.

Viendo la película me pregunté si todo este escenario se refería al imaginario de su infancia. Por ejemplo el western.

Sí. ¿Cómo lo sabe? Me encantaban las películas de vaqueros cuando era niño. Tenía armas, el sombrero y todo eso. Mi sueño era hacer un western. Aunque aún no había terminado de contarle todo el proceso de creación de Slide.

Bill Plympton, en Animayo

Bill Plympton, en Animayo / José Pérez Curbelo

Cuénteme.

Así que, tengo estas ideas, e intento encontrar una historia que incluya todos estos elementos. Escribo un borrador de lo que será la trama, unas cuatro páginas de lo que ocurrirá. Una vez el resultado me guste, entonces paso a escribir el guion. A veces con diálogo, a veces con pequeños dibujos, pero principalmente la historia total. Fueron unas 12 páginas de extensión. Y luego creo las páginas de la historia mediante storyboards. Luego, una vez que lo haga, creo otro mejor. Muy visual, más grande y con detalles. El proceso sigue abierto a cambios, de todas formas. Ahí dibujo el fondo en detalle: la ropa, el pelo... eso es lo que más me importa. La historia y la estética son los cimientos que lo sostienen todo.

Y falta la parte final.

Una vez que tengo esto, es fácil. Empiezo con la viñeta número uno, y luego la animo. Al final del proceso se lo entrego al estudio. Y ellos escanean los dibujos, hacen las composiciones y los colorean.

¿Cuánto tiempo ha llevado este proceso?

Normalmente, me toma entre unos dos años y medio producir un largometraje. Este en concreto me llevó más tiempo porque quería entrar en el detalle y los dibujos. Cuando ves los dibujos, estos son diferentes de los de mis otros trabajos. Son muy complejos y también la Covid paró toda mi vida y alargó el proceso. Perdí mis ingresos de teatros, cine, ponencias de cómic, festivales de cine... Mi dinero viene de eso. Ahora estoy de vuelta y por fin la película está terminada. Fue un proceso muy largo.

Ahora visita un festival de animación en Marruecos.

Es un evento francés. Insistieron en hacerme un tributo, algo que me parece extraño, porque siento que estoy empezando mi carrera, no terminándola. Hay tantas películas que quiero hacer y tengo tantas ideas para dibujar.

Hay Bill Plympton para rato.

Quizás para 20 años más. Espero que sí.

¿Tiene algún proyecto soñado?

Bueno, el siguiente filme que quiero hacer no tiene diálogo. No sé si conoce al cineasta Jacques Tati. Rodó una película, Playtime (1967), en la que no hay mucho diálogo. El protagonista tiene aventuras que son muy surrealistas. He estado escribiendo ideas, porque cuando viajo se me ocurren muchísimas buenas.

¿Y sigue dibujando mientras viaja?

Claro que sí. Ayer [como el miércoles, para el lector] dibujé todo el día.

Con las elecciones estadounidenses en noviembre, ¿qué opina de la política en su país? ¿Volverá a dibujar Trump Bites?

Sí, probablemente. Es un hombre que da miedo y está un poco loco. No creo que gane porque creo que los americanos pueden darse cuenta por ellos mismos de que él es un "Bad guy". Cuando acudo a las encuestas de voto la gente suele estar asustada de Donald Trump. Por otro lado, él era un empresario y un líder, sabe como vender. Y espero no tener que dibujarle nunca más.

¿Y qué opina sobre la animación en 3D? La industria ha cambiado mucho desde que empezó.

Cuando era joven y estaba en la universidad ya quería ser animador de cine. Ahí me di cuenta de que la animación se estaba muriendo, porque Walt Disney había fallecido. Era una forma de arte muerto porque muchos estudios habían quebrado. Fleischer Studios también dejó la animación. Lo único que quedaba era la estúpida Hanna Barbera, con Los Picapiedra, que no es realmente animación. Entonces fue cuando decidí ir a Nueva York y convertirme en un ilustrador, porque no había oportunidades en la animación. Afortunadamente en los 80, por alguna razón, la animación explotó. Tuvimos animación japonesa entrando, Akira. Disney empezó a hacer buenos productos con La sirenita y El rey león. MTV estaba mostrando mucha animación muy experimental. Fue cuando decidí intentar hacer mi primera película de éxito en el 87, llamada Your Face. Vendía a BBC y a Canal Plus. Estaba ganando mucho dinero.

¿Cuál es su visión del presente?

Creo que los niños de hoy son muy afortunados. Están en la escuela y pueden aprender de personas como John Musker y Bill Plympton sabiendo que pueden hacer lo que quieran. Así que creo que es muy buena la situación para las personas que quieren hacer animación. Y creo que aquí en las Islas Canarias hay muchos estudios, además de escuelas de arte que enseñan. Yo nunca tuve esa posibilidad. Cuando estaba en la escuela nadie hablaba de animación. Era algo de días pasados. De Disney y empresas por el estilo.

¿Qué piensa sobre estas películas?

Bueno, creo que Pixar está genial. Son parte de la revitalización de la animación. Últimamente, la industria se estaba orientando hacia el público infantil. Así que creo que eso es parte del renacimiento del arte, ese del que yo me siento también responsable. El primer largometraje que hice fue The Tune, el cual mencioné en mi clase magistral. The Tune fue el primer filme animado hecho por una misma persona. Nunca antes ha sido así en la historia. En el estreno, todos los estudiantes estaban diciendo "Si Bill Plympton puede hacer una película por sí mismo, tal vez yo también pueda". Así que ahora hay cientos de filmes independientes dibujados por una sola persona.

¿Alguna recomendación?

La película independiente llamada Mind Game de Masaaki Yuasa. No es experimental, pero es muy diferente. No es un anime típico, tiene algo único. Cada vez más, más gente está haciendo cine de animación para adultos, con sexo, violencia y temas diferentes.