Raúl Ruiz.- Según mis cálculos, las elecciones para presidencia de la República y alcaldía de Ciudad Juárez, están ya definidas a favor de Claudia Sheinbaum y Cruz Pérez Cuéllar. Todas las señales de la ciencia de la Prospectiva lo indican.
Lo mismo ocurre para las elecciones a gobernadores en seis de las nueve gubernaturas que se pelean en México ese mismo día: Seis para los guindas y tres para los de la alianza transgénero PAN, PRI y PRD.
De igual modo, se percibe el resultado en las contiendas para diputados federales y locales. Todo parece apuntar a una derrota histórica de los candidatos del Frente Corazón por México. Su campaña fue de lanzar fango y heces y no pensaron en el factor boomerang, que parece los alcanzará el 2 de junio.
A mí no me voltean a ver como si fuera el ave de mal agüero o el maldito que “les echó la sal”. Lo dije hasta el cansancio: ¡Así no! Así no van a ganar. Ni con el espejismo del BRT y sus camiones nuevecitos. Vamos a esperar. Compren sus palomitas.
Sobre el tema presidencial está tan hecho ya que, de último minuto, Luis Donaldito, hijo de aquel ícono de la democracia conocido como Colosio, busca ser intermediario, para que cualquiera de los dos candidatos adversarios a Claudia Sheinbaum, decline a favor del otro para unir fuerzas y poder ganarle a los morenos.
Pese a que en tres semanas ha tenido una caída de hasta 10 puntos, en la más reciente encuesta, Sheinbaum todavía se encuentra arriba de Xochitl 23 puntos. Números desalentadores para sus dos adversarios.
La desesperación los encoge y buscar una alianza de último momento sería otro error de los tantos ya cometidos por la alianza transgénero y Movimiento Ciudadano. El gran error estriba en pretender usar la militancia como moneda de divisa.
Los que son priistas o perredistas de corazón, jamás votarían por Xóchitl; y los jóvenes recién reclutados por Jorge Álvarez Máynez, menos.
El pronóstico es éste, pero obvio, si las campañas siguen bajo la misma dinámica y el arrastre del día D, se cumple como la lectura de un script.
Finalmente, el viernes es el debate con los candidatos para la alcaldía y el domingo el debate presidencial, después del desfile convocado por Xóchitl, al que pomposamente le llaman marea rosa.
