‘Simón de la montaña’, una película incómoda e imperfecta con un magnífico Lorenzo Ferro | Opinión | Kinótico
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Crítica desde Cannes

‘Simón de la montaña’, una película incómoda e imperfecta con un magnífico Lorenzo Ferro

La ópera prima del cineasta argentino Federico Luis Tachella, que ya estuvo en Cannes con un corto, compite en la edición 63 de la Semana de la Crítica

Cannes·Actualizado: 15.05.2024 - 11:10
Fotograma de la película 'Simón de la montaña', con Pehúen Pedre y Lorenzo Ferro
Fotograma de la película 'Simón de la montaña', con Pehúen Pedre y Lorenzo Ferro · Fotografía: Semana de la Crítica

Federico Luis (aka Federico Luis Tachella) regresa al Festival de Cannes después de que su corto ‘La siesta’ fuera seleccionado en la competición oficial de 2019. Su historia sobre cuerpos despojados de todo vestigio de deseo según la normativa social había llamado la atención. En Tachella se descubría un narrador de los que miran adonde las cabezas no suelen girarse. De allí las expectativas hacia su primer largometraje, ‘Simón de la montaña’, que conecta con su anterior trabajo precisamente en esos temas incómodos y poco explorados.

‘Simón de la montaña’ compite en la edición 63 de la Semana de la Crítica. Una puerta aún más grande en uno de los festivales más prestigiosos del mundo, donde vale recalcar, es uno de los pocos títulos latinoamericanos que figura en lo largo y ancho de la cita francesa. La historia cuenta de Simón (Lorenzo Ferro), un joven en la veintena que vive al pie de la cordillera andina. Se le sitúa desde la primera secuencia precisamente en lo alto de un paisaje montañoso junto a Pehúen (Pehúen Pedre), a quien le está respondiendo una serie de preguntas mientras se avecina una tormenta. Nos enteramos que Simón es ayudante de mudanza, que no sabe hacer la cama, que no toma medicación, que cocina aunque se le da mal. Por su lenguaje corporal sospechamos que tiene una discapacidad. De hecho, el grupo con el que está en esa excursión se compone de personas con necesidades especiales.

Durante varios minutos vemos algo de la cotidianidad de Simón en un centro para personas con discapacidades. Está recién llegado allí, y con cierta timidez interactúa con con otros chicos, asiste al ensayo de ‘Romeo y Julieta’, obra de la que susurra el texto íntegro. Que está tramitando su certificado de discapacidad le dice al encargado del centro, siempre acompañado de Pehúen (buen trabajo de Pedre). Pero cuando Simón llega a su casa, sucede algo insólito, descubrimos que no tienen discapacidad alguna, entonces ¿qué le lleva a hacerse pasar como tal al punto de creérselo él mismo?

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