El sinuoso camino a la gloria de Joselu Mato | Fútbol | Deportes | EL PAÍS
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El sinuoso camino a la gloria de Joselu Mato

El delantero de éxito tardío, que pasó por seis equipos en las siete temporadas siguientes al Castilla, se hace un hueco en el Madrid con un rol de área que Ancelotti echaba en falta las últimas campañas

Joselu celebra su primer gol al Bayern.Foto: JUANJO MARTIN (EFE)

Joselu Mato marcó en el Bernabéu el doblete más rápido de su carrera. Pero no con el Madrid, sino contra el Madrid. Los dos minutos y 40 segundos que empleó este miércoles en desplumar al Bayern se quedaron todavía lejos de lo que hizo en 2016 con el Dépor en Chamartín. Salió también desde el banquillo, y dos minutos y 10 segundos le bastaron para voltear el marcador. Su único problema aquella tarde cruda de invierno fue que luego sufrió un Madrid -o un Joselu-, una remontada en el descuento (3-2).

Hace siete años y medio, el delantero se encontraba en mitad de un trayecto feriante: cada temporada, un destino. Seis equipos en siete campañas. Había pasado por el Hoffenheim (12-13), Eintracht (13-14), Hannover (14-15), Stoke (15-16), estaba a préstamo en A Coruña (16-17) y todavía le quedaban dos cursos sin chicha en el Newcastle (17-19) hasta poner el huevo en Vitoria, la ciudad donde hizo palanca. Ya con 29 años. No le faltaba experiencia en las grandes Ligas, pero no le sobraban goles. Como admitió su agente, José Redondo, tras la noche de gloria con los bávaros: “El camino no fue fácil, pero este es el resultado final”. Porque cuando empezó a anotar de forma regular, le llegaron dos descensos consecutivos en el Alavés (2022) y Espanyol (2023), de donde salió el pasado verano como cedido al Madrid con una parte de la afición perica echándole en cara su rendimiento menguante en la segunda parte del curso (17 tantos en total).

El ariete, de 34 años, pertenece a la camada de Morata, Jesé, Carvajal, Lucas Vázquez y Nacho. Juntos ascendieron en 2012 a Segunda con el Castilla, con Joselu marcando a pares (26 en total), pero a él le tocó salir vendido por seis millones al Hoffenheim. Allí lo recibió como entrenador Markus Babbel, aquel exjugador del Bayern y Liverpool. “Lo primero que hicimos fue mandarlo al gimnasio porque se notaba que tenía gol y técnica, pero en la Bundesliga necesitas ganar cuerpo”, comentaba este jueves el técnico, que admite que, pese a la fe que le tenía, nunca imaginó que acabaría tan arriba.

Sin embargo, su estreno en el extranjero no cuajó. Solo anotó cinco tantos. “Llegó a una plaza complicada ese año”, puntualiza Babbel. “Me echaron a mí, luego a mi sucesor [Marco Kurz], y las expectativas eran extraordinarias con él. Llevaba la etiqueta del Real Madrid”, apunta.

Mejoró en el Eintracht (14 dianas) y Hannover (10), aunque a la carrera de Joselu le siguió costando coger vuelo. Tampoco le fue muy allá en el Stoke, donde hizo buenas migas con los ex azulgranas Bojan Krkic y Marc Muniesa, ni en el Newcastle de Rafa Benítez, la última parada antes del Alavés. En Vitoria facturó 36 dianas en tres cursos, pero su salida también tuvo su punto de conflicto. Según publicó hace unos días El Correo, una sentencia judicial consideró probado que amenazó al club vasco con bajar su rendimiento si activaba la renovación automática. El equipo estaba a punto de descender y se terminó yendo al Espanyol.

Carlo Ancelotti propuso a Harry Kane para sustituir a Karim Benzema, y recibió a Joselu como cedido. En el gallego valoró, eso sí, su perfil cabeceador y rematador de área, uno de los oficios más viejos del fútbol que el italiano echaba de menos ante rivales que aplicaban el cerrojazo. En los dos cursos previos, fueron varias veces las que lamentó no disponer de ese recurso después de algún desliz ante conjuntos acantonados. Un tipo al que colgarle balones cuando el pie fino no fuera suficiente.

Dos tiros a puerta en nueve partidos

Tan desacostumbrado estaba el Madrid a este perfil que a veces el técnico les debió recordar a los jugadores que si Joselu estaba en el campo había que ponerle balones por arriba. “Cuando cuentas con un delantero de esta estructura [1,91], por lo menos tienes que meter siete u ocho centros bien hechos. Él nos ofrece unas características diferentes”, advirtió después de derrotar al Unión Berlín (2-3) con dos tantos suyos.

Ejemplo de éxito tardío, y más después del miércoles, suma 17 dianas y disfruta del mejor ratio de su carrera (una cada 112 minutos), aunque antes de su epopeya ante el Bayern venía de un prolongado periodo valle. Desde que anotó en Vallecas a principios de febrero hasta su gol de relleno el sábado al Cádiz (el 3-0), solo hizo dos remates a puerta en nueve partidos. Y en toda la fase de eliminatorias de Champions, apenas ha aparecido en el campo 27 minutos. Ninguno en Mánchester, pero en la urgencia del miércoles, Davide Ancelotti le propuso a su padre tirar de él en el 81. Los resultados fueron milagrosos. “He hecho goles durante toda mi carrera y no creo que ahora no vaya a ser así”, había anunciado en su presentación, después de haber debutado casi a los 33 con la selección, con la que apunta a la Eurocopa.

Apreciado en el vestuario y agradecido él tras tantas temporadas echando carbón en equipos del pelotón, su futuro es uno de los asuntos pendientes del club. Ancelotti ya lo dijo hace meses: “Está haciendo todo lo necesario para quedarse”. Y más después del Bayern.

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