Las clarisas de Belorado se unen a un grupo tradicionalista, antivacunas y devoto de Franco
El Correo de Burgos

Las clarisas de Belorado se unen a un grupo tradicionalista, antivacunas y devoto de Franco

Pablo de Rojas lidera la Pía Unión de San Pablo Apóstol, entidad que creó en 2005. Rechaza la autoridad de los papas posteriores a Pío XII, a los que tacha de herejes. Critica la Constitución y desaconseja a sus fieles usar redes sociales, pero las emplea para difundir su palabra

Una de las muchas imágenes que la web de la Pía Unión de San Pablo Apóstol comparte de su fundador, Pablo de Rojas

Una de las muchas imágenes que la web de la Pía Unión de San Pablo Apóstol comparte de su fundador, Pablo de RojasECB

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La sombra de Pablo de Rojas es alargada y, al parecer, clave en la ruptura de las monjas clarisas de Belorado con la Iglesia. Pero, ¿quién es y qué postula este gurú al que se ha entregado la comunidad beliforana? 

Para responder a tal cuestión no falta información sobre tan singular figura, la mayoría autobiográfica, en la red de redes. Extensos textos apuntalan su credo, que es el de la Pía Unión de San Pablo Apóstol. Desprenden un estilo casi idéntico al que da forma al también vasto manifiesto católico con el que las religiosas cismáticas se desmarcaban ayer. En ambos casos se percibe al momento y con claridad el profundo rechazo de esta organización (y ahora de las clarisas) a los papas posteriores a Pío XII, es decir, al Concilio Vaticano II.

Además de considerar usurpadores de la Cátedra de Pedro a todos los pontífices elegidos desde aquel momento de renovación eclesiástica, Pablo de Rojas entiende que su iglesia, la que fundó en 2005 en Bilbao, es la verdadera. Critica con extrema dureza a fieles, sacerdotes y jerarquía de la que le expulsó en 2019, que ve como una mera «secta del conciliábulo» impulsada por monseñor Roncalli. Así se refiere al papa Juan XXIII, al que niega legitimidad alguna. Repudia, por tanto, todos los cambios introducidos desde entonces, de fondo (en los preceptos morales) y de forma (en los métodos y los ritos).

Contra todas esas «herejías» se revuelve con ímpetu este obispo ordenado por Ricardo Subirón, a su vez consagrado por Pierre Martin Ngô Dinh Thuc, arzobispo vietnamita  y piedra angular de la rama más radical del 'sedevacantismo', como se denomina el movimiento tradicionalista contrario a la autoridad papal tras Pío XII, por considerar vacío el espacio que ha de ocupar el pontífice lícito. A tal ola se subía Pablo de Rojas, tal y como relata el teólogo experto en sectas Luis Santamaría en su libro 'A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España'.

En el capítulo dedicado a los grupos de origen católico o anglicano, el autor ahonda en los orígenes de esta formación con representación reciente en Burgos impulsada por su actual máxima autoridad, que llegó a serlo tras una «agitada biografía como seminarista ambulante en diversas agrupaciones tradicionalistas». Destaca que Rojas, nacido en Jaén en 1981, se presenta a sí mismo, además de como «obispo católico, apostólico y romano», como, entre otros títulos, «duque imperial, príncipe elector del Sacro Imperio Romano Germánico y grande de España». Los membretes que presiden sus misivas oficiales, redactadas íntegramente en latín y publicadas en la web de la Pía Unión de San Pablo Apóstol, así lo prueban.

La nostalgia por el pasado de Rojas -y por extensión de su organización- va más allá, pero mucho más allá de lo religioso. De nuevo las redes sociales -esas que, con vehemencia, desaconseja utilizar a sus seguidores, pero exprime para difundir su palabra, con presencia en Facebook, X, Instagram y Youtube- dan fe. Son reiteradas las loas a Francisco Franco, al que alaba como «invicto caudillo, de feliz memoria», frente a una Constitución «atea e inorgánica que nos desgobierna desde 1978». La entidad incluso reconoce el guiño a su «añorado» dictador que implica el águila que forma parte de su blasón.

Merecedor de su ira es también el rey emérito, Juan Carlos I, y su hijo, Felipe VI, por ser cómplices precisamente de la Carta Magna en vigor. No tiene reparos Pablo de Rojas en posicionarse políticamente. Más de 3.500 visualizaciones en YouTube tiene, por ejemplo, su sermón del Corpus Christi de 2020, donde denomina 'frente popular' al Gobierno de entonces y despotrica contra mandatarios civiles y religiosos.

Andaba en aquel momento muy enfadado con las medidas impuestas para frenar el avance de la pandemia. Se sumaría al poco a las tesis antivacunas, hasta el punto de prohibir a sus seguidores inmunizarse, tal y como reconoce la cuenta de la organización en la red social X.

En esta, al igual que en Instagram, el movimiento, de momento, se detiene en marzo, con las celebraciones por el día de San José. Destinados a poner en valor la figura de Pablo de Rojas y su doctrina, así como a exhibir sus celebraciones y encuentros con fieles o benefactores y los espacios en los que afirman desarrollar su actividad (como los seminarios ubicados en Palencia y Vitoria, su sede central de Bilbao o las delegaciones en Brasil o Guinea Ecuatorial), casi todos los mensajes que nutren su apostolado digital culminan con precisas indicaciones para realizar una aportación económica a la causa. Junto a los datos completos de su cuenta bancaria, recuerdan la posibilidad de desgravar los donativos y llaman a los católicos a marcar la equis de actividades con fines sociales, pues es de la que se benefician entidades como la suya al estar reconocida como asociación. 

Nadie atendía hoy los teléfonos móviles que figuran como contacto en la página web oficial de la Pía Unión de San Pablo Apóstol. Tampoco en fijo del Monasterio de Santa Clara de Belorado, en el que desde el lunes un contestador insta a llamar más tarde, pues todas sus líneas están ocupadas. También para el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, pues según fuentes de su entorno no ha logrado contactar aún con la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, firmante del comunicado que denuncia la persecución de las autoridades a su convento.

No es la primera vez que Pablo de Rojas se cruza con Iceta. El prelado fue de hecho el que decretaba, el 8 de julio de 2019,  que había «incurrido en excomunión 'latae sentenciae' reservada a la Sede Apostólica». Y, tal y como consta en el documento rubricado en Bilbao, lo hacía «no solo por ser un hecho notorio que se presenta ante los fieles como obispo», sino por afirmar haber sido consagrado por representantes de la línea cismática y excomulgados, así como por haber celebrado sacramentos de forma indebida.

Preguntado el vicario episcopal de la Diócesis de Vitoria, Manuel Gómez-Tavira, colaborador en la investigación de los hechos dada la afectación a propiedades y comunidades vecinas, por los precedentes de este cisma vinculado con Rojas, aseguraba tener solo constancia de un amago similar «hace tiempo» en el Tercer Monasterio de la Visitación de Madrid, de religiosas salesas, «que logró revertirse sin problema». Eso mismo espera Iceta que ocurra en Burgos, aunque está por ver.

Sin pruebas, de momento, para excomulgar a las religiosas

Para no gustarle al impulsor de la organización las redes sociales, lo primero que hacían las clarisas de Belorado tras confirmarse su salida de la Iglesia era activar una web y un perfil de Instagram. En la primera, denominada www.tehagoluz.com, lucían ya el lunes las fotos de la primera misa bajo la tutela de Pablo de Rojas. Evidenciaban en teoría la celebración de este acto constitutivo de atentado de cisma y motivo de excomunión para los participantes. Pero no sirven de prueba de cargo, pues, tanto las imágenes iniciales como las difundidas hoy mismo de una nueva misa, solo muestran a dos varones de espaldas, frente al sagrario. No se ven los rostros de los 'celebrantes', ataviado el principal con casulla azul, ni mucho menos los de las personas presentes en el templo, que sí es el del monasterio de Belorado. 
De esta manera, es imposible confirmar si, tal y como asegura la madre abadesa en su documento de ruptura, toda la comunidad de forma unánime secunda este movimiento.
​Cabe recordar que son 16 las religiosas que habitan en el convento burgalés, reunidas ya en él las que moraban en el de Orduña, cuatro de ellas de muy avanzada edad. 
​La decisión tomada por las clarisas -influida en gran medida por la fallida compraventa de los conventos de Derio y Orduña, de cuyo bloqueo las religiosas acusan a Roma- cobraba especial repercusión al ser conocidas y reconocidas por sus dulces. Regentes de 'El obrador del convento', sus habilidades culinarias les llevaban incluso a Madrid Fusión en 2020, donde protagonizaron una clase magistral de repostería monacal y cautivaron a profesionales de renombre. 
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