In memoriam: Germán Uzcátegui Rivas

Por: Cardenal Baltazar Porras Cardozo…

El Gordo Germán Uzcátegui Rivas, falleció el viernes 10 de mayo 2024, natural de Ejido, alumno de la escuela Mons. Jáuregui en la que cursó sus primeros estudios de los que guardaba muy gratos recuerdos y los plasmó en escritos de sus recuerdos; fue abogado de profesión, comunicador, comentarista de vocación lo que lo llevó a una pasantía de tres años en Madrid; aficionado a los toros y a muchas tradiciones hispanas. Recogió y divulgó numerosas anécdotas y vivencias de su terruño natal que son parte de la historia menuda de Ejido. Con Mons. Miguel Antonio Salas ejerció durante varios años como consultor jurídico de la arquidiócesis. En los tiempos de preparación y realización de la Feria del Sol nos deleitaba con su programa radial “tertulia de feria” en el que entrevistaba a gente ligada a los toros de lidia con maestría y donaire. Durante los años de bonanza ahorró sus dineritos para participar en las corridas de las ferias de Sevilla, de San Isidro en Madrid y echarse una escapadita a las ferias del sur de Francia, donde cultivó amistades que le sirvieron para ilustrarse en las faenas de la tauromaquia.

Aficionado a la música popular e instrumental, con infinidad de pasodobles y marchas de las que tenía infinidad de diversas interpretaciones por las mejores orquestas y bandas del viejo y nuevo continente; poseía quizá la mayor colección de Cds, -más de ocho mil me dijo alguna vez-, que eran el alimento diario de su programa de mediodía, del que se jactaba ser el más antiguo de la radiodifusión merideña pues pasaba del medio siglo de existencia. Tuvo cercana amistad con Mons. Juan María Leonardi en sus años de obispo auxiliar emeritense al que invitaba con frecuencia a compartir el almuerzo en los restaurantes a los que le hacía propaganda en su diario programa. Un servidor le decía, en plan de broma, que no me gustaba seguir su edición meridiana porque la manera como describía los platos del día en los establecimientos a los que le hacía publicidad abría demasiado el apetito siendo una tentación no ir a degustar esos sabrosos platos.

Así como era buen cubierto, era parco en el consumir bebidas alcohólicas, lo que le permitía dirigir los maratónicos programas del 24 y el 31 de diciembre en diversas emisoras y en los últimos años en la FM 100.9. Buen amigo y sincero en sus cuitas le gustaba compartir conmigo de lo humano y de lo divino. Descanse en paz Don Germán, el gordo, una página abierta y necesaria para conocer mejor el desarrollo de la radiodifusión merideña en la segunda mitad del siglo XX y en lo que va del actual. Paz a sus restos y mi cercanía y afecto a sus seres queridos.

20.- 11-5-24(2696)