• Diez años del día en que León se quedó conmocionada con la muerte de la presidenta de la Diputación por un ajuste de cuentas personal
• Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago fueron juzgadas y condenadas a 22, 20 y 14 años de prisión, respectivamente.

El crimen de Isabel Carrasco tiene una víctima, la propia Isabel Carrasco, y tres culpables, Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago. Un asesinato que dejó en shock a la sociedad leonesa, de la capital y de la provincia. Tanto por la forma, ya que se produjo a sangre fría, como si de una película o acto terrorista se tratara; por su protagonista, la presidenta de la Diputación y la política más reconocida de toda la provincia; y por la motivación, la venganza. Una década de un caso mediático que traspasó las fronteras de nuestra provincia y del que todo leonés recuerda qué estaba haciendo cuando se enteró de la noticia. 

Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago fueron detenidas, juzgadas y declaradas culpables del asesinato de la presidenta provincial del Partido Popular. Fueron condenadas a 22, 20 y 14 años de prisión, respectivamente, por la autoría del crimen, la cooperación necesaria y el encubrimiento. 

Este domingo, 12 de mayo, se cumplen diez años desde que la política leonesa, Isabel Carrasco, fuera abatida a tiros por Montserrat González. Un crimen tramado junto a su hija y discípula de Carrasco, Triana Martínez, cuyo único móvil fue la venganza hacia la presidenta de la Diputación, por haberla despedido, y para el que contaron con la ayuda de la policía Raquel Gago, según se concluyó en el juicio. No solo esta última era agente de policía, se daba la circunstancia de que las primeras eran mujer e hija del comisario de la Policía Nacional de Astorga, Pablo Martínez, fallecido por covid en 2020. 

Diez años se cumplen de aquel lunes cuando, en torno, a las cinco de la tarde, Isabel Carrasco salía de su domicilio, en el Paseo de la Condesa de Sagasta, para dirigirse a la sede del PP en el Paseo de Salamanca; trayecto para el que atravesaba la pasarela que cruza el río Bernesga. Un recorrido que hacía prácticamente a diario y que las acusadas conocían muy bien, por eso eligieron ese punto para el asesinato, un lugar donde poder sorprender a su víctima de espaldas y sin escapatoria.

Y así fue, Montserrat le descerrajó tres tiros a Carrasco que acabaron con ella prácticamente en el acto. ¿El motivo? Su hija, Triana, había sido recientemente despedida de la institución provincial en la que trabajaba codo a codo con la presidenta, por el sufrimiento que había estado viviendo su hija, un trato que ambas llegaron a describir como acoso laboral. Por ello tramaron y calcularon a la perfección el asesinato de Isabel Carrasco. Un asesinato que acometió Monserrat y del que nunca se mostró arrepentida porque, como declaró en el juicio, “volvería a hacerlo, porque era ella o mi hija”.

Todos los detalles del tremendo crimen, que sacudió el panorama social y político de la provincia, se fueron conociendo en el desarrollo del juicio, que se celebró en enero de 2016. El juicio, con jurado popular, concluyó que las tres eran culpables. Montserrat fue condenada a 22 años de prisión, su hija Triana a 20 como cooperadora necesaria, y Raquel a 14 años. Esta última siempre gozó de dudas en su implicación. Mientras la mitad de la sociedad la consideró culpable y conocedora de los hechos; la otra mitad se creyó siempre su versión de que su implicación fue meramente circunstancial y una penosa casualidad, pero que realmente ella nunca supo que Triana había guardado el arma en su coche. Una pistola comprada en el mercado negro por madre e hija. 

No ocurrió lo mismo con Montse y Triana, quienes siempre fueron culpables para toda la sociedad leonesa, sin dudas, pese a sus alegaciones y defensas. 

La vida de las culpables hoy

En la actualidad, Montse y Triana siguen cumpliendo prisión en el centro penitenciario de Villabona, en Asturias. Ya han pasado por las cárceles de León y Valladolid y en todas ellas están consideradas como internas conflictivas. 

Por su parte, Raquel Gago es la única de las tres que ya ha disfrutado de permisos en los que incluso se la ha podido ver en León, en el verano de 2022, por el barrio de Eras de Renueva. En la actualidad vive en Madrid controlada por una pulsera telemática. Previsiblemente, su libertad condicional le llegará en el año 2026. 

Se cumple hoy una década de un crimen del que la sociedad leonesa sigue hablando, comentando y opinando, en el que unas mujeres tramaron un plan para terminar con la política más famosa de León: Isabel Carrasco, cuyo nombre ha pasado ya tristemente a la historia negra de León.