Moda, lujo y celebridades

Breve historia de la Gala Met: de evento benéfico a fiesta superexclusiva

met

met

Museo Metropolitano de Arte (Nueva York).

Shutterstock

Desde tiempos inmemoriales, la alta sociedad ha sido protagonista de los eventos sociales más sofisticados: banquetes, bailes y desfiles... En ellos, los individuos de esta clase buscaban, por un lado, marcar con su extravagancia y ostentosidad la diferencia en cuanto a la gente común, y por otro, medir a través de trajes y buenos modales su estatus con respecto a los semejantes. 

Si bien las convenciones sí han variado a lo largo de la historia, no lo ha hecho la costumbre de reunirse: en la Viena del Imperio de los Habsburgo, por ejemplo, se celebraban lujosos bailes en palacios al ritmo de los hits del momento, como el Danubio Azul de Strauss; y en la Belle Époque francesa, se volvió habitual entre la burguesía tanto asistir como ser anfitrión de pequeñas fiestas en casa, para las cuales era necesario haber recibido una invitación exclusiva

Artículo recomendado

Dodecaedro romano

El enigma de los dodecaedros romanos: ¿qué son y para qué servían?

Leer artículo

Con esto, no resulta extraño que en la actualidad sea posible percibir la herencia de estos acontecimientos recurrentes en la historia. Y entre los múltiples que ocurren a lo largo del año -que van desde las Fashion Week hasta los premios musicales-, quizás el más reconocido y esperado, tanto por los invitados de alto nivel como por muchos entusiastas, sea la Gala Met.

Esta se celebra anualmente el primer domingo de mayo y es mucho más que un encuentro insustancial entre las celebridades más destacadas del momento: se trata de un evento en el que confluyen la moda, el arte y, en muchas ocasiones, la historia, tres conceptos elevados por el espacio en el que tiene lugar, el Museo Metropolitano de Nueva York. ¿Cuándo y por qué comenzó a celebrarse?

 

LA MODA, UN ARTE DIGNO DE SER EXPUESTO EN EL MUSEO

Hay quienes definirán la moda apelando a la ropa, la cual, en su sentido más práctico, hace referencia a la tela que empleamos para proteger nuestra piel de posibles amenazas como el frío, el sol, los rasguños o la suciedad. Sin embargo, esta herramienta ha sido más bien percibida, a lo largo de la historia, como un arte mediante la cual uno puede expresarse libremente y distinguirse del resto.

Artículo recomendado

Pedro de Barberana y Aparregui, caballero de Calatrava

Lujos y moda en el Siglo de Oro: una cuestión de estatus

Leer artículo

En ese sentido, del mismo modo que el hogar de un Monet o un Van Gogh es el museo, también pueden alojarse en este edificio trajes elaborados por los diseñadores y sastres más reputados de cada época. Esa fue la idea bajo la cual se efectuó, en 1946, la fusión entre el Museo de Arte del Traje -el cual expone, ahora con el nombre de Costume Institute, siete siglos de vestidos y trajes- y el Museo Metropolitano de Nueva York, ubicado en la Quinta Avenida de esta ciudad. 

A partir de entonces, y aun cuando la colección de vestimentas organizaba exposiciones, el Instituto constituyó más bien un recurso de inspiración, estudio y apoyo para los profesionales del diseño. No fue hasta 1948 cuando, obligada a recaudar sus propios fondos operativos, la organización del Instituto comenzó a realizar eventos benéficos para conservar las piezas y continuar estimulando la investigación en bellas artes, una tarea en la que la institución estaba implicada incluso desde antes de fusionarse con el Met

No siempre fue en el MET, no siempre fue tan cara

La Gala Metno siempre fue en el Met, aunque cueste creerlo. Si bien no se sabe con exactitud cómo la configuración del evento quedó en manos de las reputadas Eleanor Lambert y Dorothy Shaver -publicista de moda y presidenta de un negocio minorista de ropa, respectivamente-, es a ellas a quienes se les atribuye la creación del acontecimiento.

Hasta la década de 1970, un billete para acceder a la gala costaba 50 dólares. Ahora ronda los 50.000.

Las galas de los primeros años se celebraban entre noviembre y diciembre, y variaban de escenario según el año: por ejemplo, una de ellas tuvo lugar en el Rainbow Room del Rockefeller Center, y otra en el famoso hotel Waldorf Astorio, conocido por alojar numerosas exposiciones de arte. Pero, desde luego, la diferencia más notable entre esas primeras ceremonias y las actuales tiene que ver con el precio de la entrada

 

diana vreeland

diana vreeland

André Courrèges (1923-2016), diseñador de moda francés, y Diana Vreeland (1903-1989), editora del Vogue estadounidense.

Cordon Press

En los años posteriores a 1948, hasta la década de 1970, un billete para acceder a la gala costaba 50 dólares, frente a los 50.000 dólares que costó en la más reciente. Y antes de que surja la duda: no, no cualquiera que disponga de ese dinero puede asistir al evento, porque no existe la posibilidad de comprar una entrada

Tal y como ocurría en la anteriormente mencionada Belle Époque, las personalidades deben recibir una invitación para poder asistir, lo que significa que durante la gala actúan exactamente como lo que son: invitados. En este sentido, son las casas de alta costura, como Maison Margiela o Balenciaga, las que abonan el importe de las mesas ocupadas por sus celebridades deseadas. En 2024, por ejemplo, una mesa de 10 se adquiere a partir de los 350.000 dólares.

PARA LEER MÁS: ¿Qué es el 'Met' y por qué se celebra una gala en este museo?

Vreeland y Wintour, o cómo la gala se convirtió en lo que es ahora

A medida que la Gala Met comenzó a adquirir la reputación de "fiesta del año", tal y como quisieron venderla, con éxito, Lambert y Shaver, más y más gente se interesaba por recaudar fondos para mantener las colecciones del Costume Institute. Eso sí, los asistentes se reducían a un perfil concreto: individuos apasionados o profesionales de la moda pertenecientes a la sociedad neoyorquina. 

Diana Vreeland comenzó a exigir que las vestimentas de los invitados estuvieran inspiradas en la temática de la colección del museo.

Para transformarse en un acontecimiento de atractivo nacional e internacional hubo que esperar hasta 1970. Recién retirada de su puesto como editora jefe en la revista de moda Vogue, Diana Vreeland fue seleccionada como consultora del Costume Institute, puesto en el que se incluía como función la organización de esta gala, todavía poco desarrollada si la comparamos con su versión más actual. 

La presencia de Vreeland aportó un soplo de aire fresco al evento benéfico: fue ella quien amplió la lista de invitados a celebridades no necesariamente vinculadas a la moda, y también quien exigió que las vestimentas de los invitados estuvieran inspiradas en la temática de la colección del museo. Así, la presencia de personas como Andy Warhol o Cher elevaron el estatus de la ceremonia, la cual comenzó, por fin, a celebrarse siempre en el Metropolitan a partir de 1972.

 

anna wintour

anna wintour

Anna Wintour, directora de la revista Vogue y actual organizadora de la gala Met.

Shutterstock

Con la muerte de Vreeland en 1989, su sucesora en Vogue adquirió tambiénel rol de líder de la gala. Anna Wintour, quien continúa siendo la reina de este acontecimiento y también la directora de la revista de moda, ha sido la impulsora de otros cambios: en el año 2000, por ejemplo, ya se decidió que se celebrase a principios de mayo. Y más adelante, con el auge de las tecnologías, Wintour prohibió los selfies y el uso de redes sociales durante la gala, a excepción del momento de alfombra roja. 

Arte, moda, lujo, historia... Y fondos

A lo largo de los años, los trajes vestidos por los famosos durante la Gala Met se han vuelto cada vez más extravagantes. Y es que los diseñadores de moda saben que, para ajustarse lo máximo posible a la temática del año, que en 2024 es "Bellas durmientes: Despertando la moda", en ocasiones deben apostar por piezas arriesgadas. Eso sí, siempre respetando la armonía del cuerpo de quien tenga el honor de vestir la prenda.

 

gala met

gala met

Amber Valletta en la gala Met de 2004, vestida con un traje inspirado en María Antonieta.

Shutterstock

Así, en la ceremonia de 2004, vimos cómo la actriz Amber Valletta lució, en línea con la colección "Relaciones peligrosas: moda y muebles en el siglo XVIII", un vestido inspirado en María Antonieta y firmado por los diseñadores Maggie Norris y John Galliano. Del mismo modo, en 2015, Sarah Jessica Parker o Rihanna vistieron trajes basados en la cultura tradicional china para adaptarse a la temática de ese año, "China: a través del espejo".

A su vez, el museo abre el acceso a muchas de sus salas para que, durante la ceremonia, los invitados puedan visitarlas y disfrutar detenidamente de las colecciones. Con esto, si bien la moda, el lujo y las celebridades son, sin duda, el foco de atención en la fecha señalada, es ahí donde se deja ver que la verdadera intención de la institución al alojar este acontecimiento sigue siendo la de recaudar fondos.

Gracias a la proyección internacional de la gala, el Costume Institute ha dejado de ser solo un centro de estudio de profesionales de la moda, para convertirse en un departamento curador de los trajes más representativos de cada época histórica: su colección actual contiene piezas desde el siglo XV hasta el período contemporáneo, lo que la ha convertido en un ejemplo a seguir para las exhibiciones de trajes a nivel mundial.