Lo acaba de mandar un amigo para nuestro proyecto final como conclusión, no sé qué se fumó...

La persuasión, ha causado severos problemas en la sociedad postmoderna de hoy, como lo puede ser tu mamá en tanga. En serio, es tan gorda que la puedo ver desde mi casa. Y vives en otro país. Dile que cierre la boca y se ponga a correr, o algo.

Gigalol, tengo que llenar todo este espacio con una conclusión coherente, lógica y sin bromas. Ehh, creo que ya eché a perder la última, pero bueno, dijesen los chavos, "xd". "lol". "lmao". No sé en que andan los chavos de hoy, pero bueno.

En fin, palabras, palabras, cosas así. Profe, denos un 10. Lo persuadiré. Este, em...

eh... mire, profe, si no nos da 10, se muere *este* gatito. Mírelo, "probre" gatito. No se vaiga a morir. Pero usté´, usté´ puede prevenir su muerte. Así es. Solo tiene que darnos 10 en el proyecto. Dennos 10. O el pobre felino muere. Será su culpa. Su alma vendrá a atormentarlo cada noche, escuchará maullidos en la noche, toda la noche, en su ventana. Ansioso, con las manos temblorosas, muerto de miedo, correrá el pestillo y abrirá la ventana. Se asomará, y no habrá tal gato. Solo la calle fría y lúgubre, con charcos de agua de la lluvia en la mañana. Suspirará de alivio. Cerrará la ventana, y volverá a la cama, aliviado. No hay tal cosa como las ánimas de otro mundo, un gato "fantasma", persiguiéndolo por su decisión. Escuchará, de nuevo, un sonido que lo congelará, y lo llenará de frío, y escalofríos. Un maullido. El gato.

Es solo un maullido, pero suena como si tratara de decirle algo. Como si ese maullido, más bien, un graznido, al viajar en el aire como vibraciones, se convirtiera lentamente en una sola palabra. En una asquerosa palabra, malformada, maltratada por el viento y el eco del cuarto, por la muralla que usted llama ventana. Tendrá usted 2 opciones. O dejarse persuadir por los graznidos del gato, o se quedará, atrincherado, en la cama de su cuarto. No habrán puntos intermedios. No hay un "Dejo la ventana abierta y ya", o un "Me salgo del cuarto y ya". Escoja, dar la razón, o persuadir. "¿Cómo rayos persuado al gato ese?", pensará usted. Simple. Como Stanley. No lo deje entrar. No salga. Quédese, persevere, no, es más, sea terco. Ni se mueva, mejor ser obstinado. El endemoniado gato seguirá insistiéndole, graznando y gritando en la calle. Sonará como si el gato estuviese en su cuarto. Como si, con cada maullido, se escuchara más y más fuerte. Hasta que, primero, empieza a diluirse. Lentamente, se mezclará, con los demás sonidos. El débil gemido del viento. El ocasional auto pasando por ahí. El reloj. La madera, rechinando por el cambio de temperatura. Pasará un momento de alivio. Un sórdido momento, silencio. Nada. Todo estará callado. Otro suspiro, de alivio. Nada. A pesar de que cada noche disfrutaba la orquesta de ruidos de la ciudad nocturna, apreciará más que nada en el mundo este silencio total, este completo aislamiento. Cerrará los párpados, para dormir.

Usted sabe que pasará en ese momento, no hace falta decirlo. El gato, que pareciera que poco a poco, cada vez más violento, grazna, grita, puja, llora, maúlla, para que lo deje entrar. Comenzará, a tratar de mantenerse calmado, y tratará de no perder la cordura. Cuente, para dormir. Del 1 al 100, y al revés. 1, 2, 3. El gato sigue. 4, 5, 6. ¿Por qué no me deja en paz?. 7, 8, 9. Se le olvidó cerrar el pestillo de la ventana, ¿verdad?. 10, 11, 12. Los maullidos se hacen más fuertes. 13, 14, 15. Es como si se acercaran a usted, casi palpables. 16, 17, 18. Pareciera que le lastiman los tímpanos, como un disparo cerca de la oreja. 19, 20, 21. Sube, sube, sube... 22, 23, 24, sigue gritando más fuerte, ya no suena algo propicio de un felino, 25. 26. 27. Ahora es como si le estuviera gritando en el oído. 28, 29, 30. Usted preocúpese por seguir contando. ¿Iba por el 30, 29, tal vez...?. El estúpido gato lo interrumpió. Lo está desconcentrando. Se está burlando de usted, le grita como un niño para que se olvide de dónde llevaba la cuenta. No importa. Empiezo otra vez. 1, 2, 3. Interrupción. Otra vez. 1, 2, oops, algo lo está parando. De nuevo. 1, 2. Interrupción. 1, 2, 3...