El Fernando Lara encumbra al gallego Manel Loureiro

Literatura

El Fernando Lara encumbra al gallego Manel Loureiro

El jurado de la XXIX edición del prestigioso premio literario se decanta por «Cuando la tormenta pase», del polifacético autor, entre más de medio millar de obras presentadas

Manel Loureiro se ha convertido esta noche en el ganador de la XXIX edición del Premio Fernando Lara de Novela con la obra titulada «Cuando la tormenta pase». Como ya es tradicional, el galardón se conoció durante una velada en el Real Alcázar de la capital hispalense. Su libro se presentó al certamen bajo el nombre de «Los senderos de un dios oscuro» y el pseudónimo de Matías Martín, y en la elección final se impuso a «A fuerza de utopía» de Rubén Don.

Loureiro (Pontevedra, 1975) es un escritor, abogado y presentador de televisión, que además ha trabajado como guionista en numerosos proyectos. Su primera novela, «Apocalipsis Z. El principio del fin», comenzó como un blog en Internet que escribía en sus ratos libres. El blog se transformó en un fenómeno viral y la novela fue publicada en 2007, convirtiéndose en un best seller. Sus siguientes obras, «Los días oscuros», «La ira de los justos», «El último pasajero», «Fulgor» y «Veinte», han sido un éxito de ventas tanto en España como en otros muchos países del mundo. De hecho, su última novela, «La Puerta» (Editorial Planeta), con más de 100.000 lectores, le ha consolidado como un autor de referencia en el panorama literario español e internacional.

Un enano a hombros de gigantes

Loreiro esbozó su obra, pero no ocultó estar «abrumado» por el premio. «Me siento un enano a hombros de gigantes», dijo al recordar los grandes escritores que componen la nómina de premiados por el Fernando Lara. Por ello, admitió estar un poco «cagado de miedo», pero «muy feliz». «Cuando la tormenta pase» es la historia de Roberto, un personaje que queda aislado por una tormenta en pleno invierno en la isla atlántica llamada Ons. Una novela de intriga en la que poco a poco se conocen los secretos de los pocos habitantes de isla y los esfuerzos del protagonista por sobrevivir en ella, después de que una mañana las olas arrojaran a la orilla un misterioso fardo.

Contador de historias

Este ex abogado aliviado por haber colgado la toga, se considera un «contador de historias» con la suerte de que éstas «llegan a muchos sitios». De hecho, también trabaja como guionista. «Estamos programados para contar y que nos cuenten historias», aseguraba recientemente en una charla a aspirantes a autores en su tierra. Escribir es «empezar el camino» pero con una de premisa que es importante no olvidar nunca al sentarse delante del papel en blanco o el ordenador: «Siempre hay alguien que sabe más que tú de todo».

Galicia siempre presente

Se considera un tipo «afortunado» por haber conseguido vivir profesionalmente de la literatura. Algo que ha cimentado gracias a una mezcla de talento y muchas horas de trabajo, como él mismo admite. En sus obras la realidad y la ficción se solapan en muchas ocasiones. A la hora de escribir necesita conocer de cera los escenarios de sus novelas y recorrer los espacios que después recorren sus protagonistas, de ahí sus constantes referencias a la amada Galicia.

Su productividad está fuera de toda duda. En marzo, este escritor «virtual», admitía en una «actualización de estado» en sus redes sociales –en X tiene más de 25.000 seguidores, por ejemplo– que ya tenía el manuscrito de su siguiente libro «casi finalizado» después de «más de un año y medio de trabajo». «Vamos bien. Los últimos seis meses han sido una vorágine de trabajo», aseguraba.

Sabe que su siguiente novela siempre «tiene que ser mejor que la anterior» para poder mantenerse en el podio alcanzado. «Dicen que llegar es más fácil que mantenerse y me doy cuenta que eso es dolorosamente real». El reconocimiento que supone el Premio Fernando Lara de Novela confirma que lo está logrando conseguir y con una nota sobresaliente.

El jurado de esta edición estuvo compuesto por la jurista Ana María Ruiz-Tagle, Clara Sánchez, Nativel Preciado, Pere Gimferrer y Emili Rosales, que actuó como secretaria con voto. El Premio, que se celebra en el marco del acuerdo de colaboración entre el Grupo Planeta y la Fundación AXA para el desarrollo y fomento de la cultura en Andalucía, cuenta con una dotación de 120.000 euros para la obra ganadora, que publicará Planeta.

Una edición más, el imponente Alcázar de Sevilla congregó a las principales personalidades de la cultura española, así como a las máximas autoridades regionales y locales. Estuvieron presentes, entre otros, el presidente del Grupo Planeta y la corporación Atresmedia, José Creuheras; así como la consejera delegada de AXA en España, Olga Sánchez. Entre los representantes de las administraciones figuraban la consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo; el viceconsejero de Turismo, Cultura y Deporte, Víctor González, o el presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández, entre otros.

Los títulos y autores (o sus seudónimos) de las obras que completaban las diez novelas finalistas este año eran: ‘Memorias del aire’, de Sofía Marés, ‘La chica que parecía un recuerdo’, de Javier Memba’, ‘Sangre y vodka’, de Yevgueni Alexeievich Baratynski, ‘Los cisnes de la guerra’, de Jesús López Pérez, ‘El viento de la locura’, de Adriana Laucirica, ‘La flor de la guayaba’, de Francisco Onieva Zafra, ‘A fuerza de utopía’, de Rubén Don, ‘Cuando Horacio tiende a cero’, de Chirfredi Zenchesti, y ‘Lo que enreda el oleaje’, de Loida.

Del total de las novelas presentadas a la vigésima novena edición del Premio Novela Fernando Lara un total de 51 procedían de Andalucía, de las cuales diecinueve eran de Sevilla. Un total de nueve son de Aragón, dos de Asturias, cuatro de Baleares, trece de Las Palmas, diez de Cantabria, trece de Castilla-La Mancha, nueve de Castilla y León, 36 de Cataluña, una de Ceuta, 31 de la Comunidad Valenciana, cinco de Extremadura, nueve de Galicia, dos de La Rioja, 81 de Madrid, una de Melilla, quince de Murcia, cinco de Navarra y once del País Vasco. Del resto de obras, una fue presentada desde África, medio centenar de América central, once de América del Norte, 151 de América del Sur, tres de Asia y seis del resto de Europa, mientras que 35 no especificaban su procedencia.

Cabe destacar que desde el año 2022 se ofrece la alternativa de entregar originales en formato digital mediante correo electrónico, lo que favorece la participación año tras año. De hecho, éste se ha tratado de una edición año con récord absoluto de candidatos al presentarse un total de 565 novelas originales e inéditas. Esta cifra supone un 50% más de las que optaron al galardón en la edición del año pasado. Una espectacular aumento que ha llamado mucho la atención del jurado por la cantidad y calidad de las novelas.

Un mínimo de 200 páginas por obra

Los componentes del jurado de esta edición de récord han tenido que echar innumerable horas extras. Las bases del premio fijan que cada autor podrá presentar una sola obra con «una extensión mínima de 200 páginas, en Times New Roman o Arial a cuerpo 12, a doble interlineado y a doble cara». Como otras curiosidades del concurso cabe reseñar que para participar los escritores deben ser mayores de edad, sin importar la nacionalidad, y presentar novelas originales, inéditas y escritas en castellano. Quedan excluidos los escritores que algún año anterior hayan resultado ganadores del premio, las obras que concurran

simultáneamente a otro premio y las obras de aquellos que fallecieron antes de anunciarse la convocatoria.

En la pasada edición la triunfadora de la noche por excelencia de las letras sevillana fue la novela «La rebelión de los buenos», del escritor, dramaturgo, guionista y director de cine Roberto Santiago, mientras que en 2022 la obra ganadora fue «Adiós, pequeño», del escritor Máximo Huerta.

Ganadores anteriores

Otras obras ganadoras han sido «El amargo don de la belleza», de Terenci Moix, 1996; «Muertes paralelas», de Fernando Sánchez Dragó, 2006; «Contigo aprendí», de Silvia Grijalba, 2011; «Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido», de Paloma Sánchez-Garnica, 2016; «Después del amor», de Sonsoles Ónega, 2017; Ángela Becerra, con «Algún día hoy», 2019; Gonzalo Giner, con «La bruma verde», 2020; o Alaitz Leceaga con «Hasta donde termina el mar», 2021.

La primera edición del Premio Fernando Lara se celebró en el año 1996. El galardón lleva el nombre del hijo menor de José Manuel Lara Hernández, fundador de la Editorial Planeta, y que fue consejero delegado del Grupo Planeta hasta su fallecimiento. En sus orígenes, la dotación del premio se fijó en veinte millones de pesetas. La primera edición alcanzó un alto nivel de participación, con 340 novelas presentadas.

Emocionante recuerdo a Fernando Delgado

La gala en el solemne Real Alcázar sevillano se inició con un cariñoso homenaje a la figura de Fernando Delgado, fallecido el pasado mes de febrero a los 77 años de edad. El periodista y escritor tinerfeño, además de ganador del Premio Planeta en 1995 con el sobrecogedor viaje al desamparo y a la soledad de ‘La mirada de otro’, fue durante años jurado del Fernando Lara. Premio Ondas Nacional de Televisión (1995) y Antena de Oro (1995) por su labor al frente del «Telediario Fin de semana» de RTVE, sus mayores satisfacciones las recibió en el mundo literario. Sus 27 publicaciones se suceden entre 1972 a 2022 y le permitieron recibir otros reconocimientos como el Antonio de Viana de Poesía (1969), el Benito Pérez Galdós (1979) o el Azorín (2015) por «Sus ojos en mí». Tras dejar la radio, la televisión y la política, Fernando Delgado dedicó sus últimos años a su gran pasión, la literatura. Todos los presentes ayer en Sevilla le añoraron y recordaron con un largo y afectuoso aplauso.