El inédito y apasionado legado amoroso de Frida Kahlo revelado

El inédito y apasionado legado amoroso de Frida Kahlo revelado

Los escritos son un testimonio del último ‘gran amor’ de Frida, previo a su muerte, el gallego Alejandro Finisterre.

El inédito y apasionado legado amoroso de Frida Kahlo revelado (Rafael Lema)
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En el otoño de 2020 di a conocer la colección A.P.; cuatro cuadernos, dos poemarios, cartas y objetos desconocidos de Frida Kahlo enviados por su chofer a un amante secreto, el editor e inventor gallego Alejandro Finisterre, entre abril de 1953 y la primavera de 1954. El inventario inédito demuestra lo importante que fue para ella el gallego, su última pasión amorosa, su último latido de vida y esperanza. Y el pulso en su biografía de otros dos exiliados republicanos españoles, José Bartolí y Ricardo Arias. Los tres siguen en relevancia a Diego Rivera y al recuerdo etéreo de su primer novio de juventud (Alejandro Gómez). Mi trabajo de transcripción de la colección A. P. reconoce la impronta dejada por Bartolí y Finisterre, a los que dedica (y enfrenta) la mayoría de estas 352 páginas inéditas. Pero también nos aclara su relación amorosa sin freno con otros hombres y mujeres, con el alcohol y las drogas. Le participa a Finisterre el envío inicial de un “pequeño cuadernito” para que lo guarde como en una tumba; en él “te voy a enumerar algunos de mis amores, pasiones, desvaríos, son como dicen las mojigatas: virtudes públicas, vicios privados”. “Alex, espero que en tus manos y en tu memoria sean estas confesiones un secreto tan enterrado y encadenado como una tumba”, le pide a su último amor, al que irá mandando el resto de piezas. 

Escritos inéditos de la pintora, recientemente sacados a la luz, nos adentran en pasajes de su vida hasta ahora poco conocidos.

Escritos inéditos de la pintora, recientemente sacados a la luz, nos adentran en pasajes de su vida hasta ahora poco conocidos.ALBUM

En la introducción del poemario inédito Mi Voz Sometida (MVS 53) relata: “En mi vida amorosa hay algunas cosas raras o chispas como el hecho de haber tenido dos Alejandros (Gómez A. y Finisterre) o el hecho de haber tenido tres baturros de mis amantes, tres que amo con mi vida, dos que ya tomaron su distancia (Bartolí y Ricardo) y otro que llega (Alejandro)”. En una libreta de esta colección inédita, el Álbum Negro (AN 53), incluye Frida en las últimas páginas cinco retratos célebres de su biografía y como pie de foto una persona importante de su vida afectiva, en orden cronológico: Alex (Gómez), Diego Rivera, Chabela (Chavela Vargas), Piochitas (Trotski), Alejandro (Finisterre).

Este listado amoroso, memoria visual de su último año de vida, se une a una relación de 18 amantes escrita por su mano en un libro de recetas del médico Efrén Villafuente. Corona la retahíla su marido Diego Rivera, en el número uno. El 2 corresponde a “Alex 1-Gómez Arias”. Alejandro Gómez Arias, el primer novio en su época estudiantil, un amor juvenil convertido en una amistad de siempre. 

Los papeles van desde cuadernos, fotografías, cartas, varios poemas y algunos objetos, donde la artista revela una relación amorosa y sus memorias íntimas a lo largo de un año.

Los papeles van desde cuadernos, fotografías, cartas, varios poemas y algunos objetos, donde la artista revela una relación amorosa y sus memorias íntimas a lo largo de un año.ALBUM

Sus últimos grandes amores 

El tercero es para “Alex 2. Fin de Tierra”. Su Alejandro Finisterre, el complejo y desconocido affaire que fuimos descubriendo en estas memorias. Son los dos Alex de su biografía, el primero y el último gran amor. El gallego aparece en su vida en 1948 y lo hace albacea de estos documentos y obras que llegaron a nosotros. Quince días antes de morir le envía una carta anunciando su idea de suicidarse. Ella acredita esta pasión en sus diarios. Alex todo lo llena, le hace olvidar a Diego y a Nicolás (Muray). Las estancias en México llenan la vida de la sufrida artista, porque “Nadie estaba en mí cuando llegaste”. Los veranos, los sábados con Alex, aparecen en las hojas malvas tintadas con la sangre de sus venas: “Con todo lo que sufro aún tengo ánimo para reír. En mi risa desgrano la alegría de haberte conocido, de saber que contigo me llega el último suspiro de amor, me río porque en ti y en mí de nueva cuenta el sueño floreció y lo vivimos juntos y es por eso que hoy te quiero más que ayer y ayer te quise más que anteayer. Alex: gracias por mis sueños”. En las cartas vemos esta vuelta al pasado, a la juventud de la “nueva vida” de su corazón. Con la muerte acechando, ella resiste, toma aire con su último amor: “Me regresa al mundo, a la vida. Construyó una trinchera donde tendremos tiempo a hacernos el amor. Hoy puede venir la muerte si ella lo dispone así, que morir amando es mejor que morir en soledad”. Entre 1953 y 1954 Frida encabeza los envíos con su “otro Alex”: “Amado Alex: Hoy que se que me dejas tengo en mi espalda una carga de siglos sobre las espaldas, una visión melancólica en mis pupilas y un dolor en mi cuerpo acosándome”, “Alejandro Fin de Tierra; mi niño amado, me preguntas si te quiero y yo te digo que eres de mis amores uno de los que más he querido”, “Alex: mi adorado niño poeta, mi admirado luchador social...”. Aclara que “mi gran amor es mi niño sapo, mi niño gordo, mi Diego, pero tú Alex eres uno de mis grandes amores”. 

El 4 es “Bartolí”, el pintor catalán José Bartolí. El exiliado español, según esta libreta de notas, le hizo temblar las rodillas, cayó y olvidó respirar. Con él sintió que el mundo era más ancho e inmenso, porque “Te amaré en el letargo de una noche llena de insomnios”, le dice, entre otras declaraciones sensuales vertidas en varias páginas. “¡Qué no te diera!”, exclama. El pintor barcelonés Josep Bartolí intentó ocultar durante su vida su romance de varios años con Frida, iniciado en 1946. El abandono de Bartolí para irse a Nueva York le causó un hondo dolor, aliviado con algunas cartas, breves encuentros. En los diarios y poemarios de Frida de nuestra colección, el corazón de la pintora confronta al catalán (con el que pretendía acabar sus días) con su amigo gallego Finisterre, al que intenta acogerse como tabla de salvación mientras le van fallando las fuerzas y la razón. “Bartolí se marchó, se aleja rumbo norte, va en busca de nuevos horizontes, me deja sola sin su presencia, sin su amor ahora, como dos mitades rotas por la irreconciliable escisión de dos fracasos en uno estamos”. “Bartolí, ahora estamos separados en dos por un pasado muy alegre y feliz y un futuro que no existe, incierto y lleno de melancolía”. Deja claro que “Bartolí=Diego...Engaños y Mentiras”.

Entre sus cuadernos de recuerdos Frida le dedica unas líneas a la célebre actriz sonorense María Félix “que se esconde tras las cortinas de la noche. La luna te empuja a mí”.

Entre sus cuadernos de recuerdos Frida le dedica unas líneas a la célebre actriz sonorense María Félix “que se esconde tras las cortinas de la noche. La luna te empuja a mí”.Getty Images

En el 5, “R. Viñas A.”. Se trata de Ricardo Arias Viñas, un exiliado gerundense de 34 años, al que conoció en su apoyo a la causa de los huidos de España por la guerra, con el que mantuvo una intensa y pública relación desde marzo de 1939 y al que ayudó mucho. Es la etapa de ruptura con Diego, que le lleva a la breve separación oficial. Nuestra documentación aporta muchos nuevos datos sobre un amante conocido por los investigadores, aunque no tratado en todo su alcance.

En el 6, “Lucha Reyes”. La cantante y actriz mexicana Lucha Reyes, nacida en Jalisco y muerta por sobredosis de medicinas, llamada la Reina de la Canción Ranchera. Su muerte prematura y buscada en medio de todo tipo de excesos, fue muy sentida por Frida y sus cuates. En la última carta enviada por Frida a Alejandro en junio de 1954 le recuerda el suicido de Lucha “mi tequilera”. Y cómo desea emularla.

En el 7, “Leny”. Tiene que ser su amiga Elenita Vázquez, de la que dice en otra página que al tratar de dibujarla le hervía la sangre, afectada por “el amor o la pasión sin límites”. Elena Vázquez trabajaba en la Secretaría de Relaciones Externas; por lo que se relaciona con los exiliados españoles. Formaba parte de una tertulia de amigas de Frida que según la ex de Diego, Lupe Marín, la atendían como “la corte de una reina”.

En el 8 coloca a “Chabela Villaseñor”. Su íntima amiga Isabel Villaseñor, muerta en 1953. Frida le escribe un poema y pinta un autorretrato donde aparece con el cuerpo cruzado por largas líneas a modo de lanzas, sosteniendo una paloma. En el 9, “Machila Armida”. Frida le dedica un dibujo explícito a esta pintora, el de una vulva asediada por dos grandes espermatozoides con cabeza de ojo: “Me sé de memoria tu cuerpo”. Formaba parte de la “corte de la reina”, las mujeres que la acompañaban siempre en sus dos últimos años.

En el 10, “J. levy”. Es el galerista de Nueva York Julien Levy, mecenas y promotor de la obra de Frida en su país, difusor del movimiento surrealista. El 11 es para “Piochitas”. Uno de los nombres cariñosos que usaba para el héroe revolucionario soviético León Trotsky. Recuerda su partida, su asesinato, en donde Frida y Diego se vieron involucrados, siendo interrogados como sospechosos. Escribe Frida en el bloc de notas: “Ahora que te fuiste necesito decirte que en un lugar común de tu piel, y en tu cuerpo, una muchacha se levanta a buscar el alma de los muertos escondida ante el tiempo”.

Diego Rivera fue uno de sus grandes amores y mentor de Frida; de sobra es conocida su compleja relación, aunque la pareja se complementaba en infinidad de aspectos.

Diego Rivera fue uno de sus grandes amores y mentor de Frida; de sobra es conocida su compleja relación, aunque la pareja se complementaba en infinidad de aspectos.Getty Images

Entre sus amigas o amantes también encontró a sus musas 

En el 12, aparece “Nicolas”. Es el fotógrafo y deportista olímpico de origen hún- garo Nickolas Muray. Su historia de amor con Frida es bien conocida y tuvo su momento de ruptura con la segunda boda de la pintora con Diego en 1940. En el 13, “Isamo”. Es el conocido artista Isamo Noguchi, escultor y diseñador. “En la comisura de nuestros labios, la mentira se queda quieta... Me pides irnos descalzos por el camino de las nubes” declara Frida en el cuadernillo de recetas.

El 14 está en blanco y en el 15 aparece “María Félix”. La bella actriz mexicana, muy presente en sus últimos años, “que se esconde tras las cortinas de la noche. La luna te empuja a mí”. Era una de las mujeres de su última corte, amante de Diego y de Frida, la más deseada.

En el 16 “Chabela Vargas”. Deja constancia de su amor por la célebre y racial cantante y actriz Chavela Vargas (con la que tanto cantó, bebió y vivió), a la que miró las “vidriadas púpilas” y vio que lloraba agua que “anegaba la soledad y le daba vida”. Estuvo alojada un tiempo en la Casa Azul con Diego y Frida, cerca de un año: “ella pintaba y yo cantaba”. Chavela le cantaba al oído cuando estaba postrada en la cama. La pintora fascinada con su canto, su belleza y su coraje, quiso mantener la relación, pero Chavela se fue, no quería estar atada a nadie. En una carta, Frida le dice “si vivo es sólo para Diego y para ti”.

En el 17 repite “Chabela Villaseñor” y el 18 una enigmática “Martita”. Una enfermera del hospital Saint Luke se llamaba así, o puede ser la bailarina Martha Graham. En la vuelta de hoja, en el no 19, sale “Fco Dosamantes”. El creador mexicano Francisco Dosamantes. El 20 corresponde a “J. Ferreto”, la joven y bella enfermera costarricense Judith Ferreto, que la atendía en sus últimos meses. Cierra la relación de amores la “Bandida”, la cantautora mexicana Graciela Olmos: “Bella entre todas, piel de color trigo que en la noche afortunada hice mía sin ningún cuidado... tierna, temerosa blancura dispuesta a quemarte entre mis brazos”.

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