Por Josh Boak - The Associated Press
El secretario de Estado, Antony Blinken, hizo el domingo una de las críticas públicas más duras de la Administración Biden sobre la manera en que Israel lleva a cabo la guerra en Gaza, al afirmar que las tácticas israelíes han representado “una horrible pérdida de vidas de civiles inocentes”, pero no han logrado neutralizar a los líderes y combatientes de Hamas y podrían impulsar una insurgencia duradera.
En un par de entrevistas televisivas en Face the Nation, de CBS, y en Meet the Press, de NBC, Blinken subrayó que Estados Unidos cree que las fuerzas israelíes deben “salir de Gaza”, pero también está a la espera de ver planes creíbles de Israel sobre la seguridad y el Gobierno del territorio tras la guerra.
Hamas ha resurgido en algunas partes de Gaza, afirmó Blinken, y la “fuerte acción” de las fuerzas israelíes en la ciudad meridional de Rafah corre el riesgo de dejar al aliado más cercano de Estados Unidos en el Medio Oriente “lidiando con una insurgencia duradera”.
Afirmó que Estados Unidos lleva semanas trabajando con países árabes y otros países en el desarrollo de “planes creíbles de seguridad, Gobierno y reconstrucción’’ en Gaza, pero “no hemos visto que eso venga de Israel. [...] Necesitamos verlo también”.
Blinken también declaró que, a medida que Israel se adentra en Rafah, en el sur, una operación militar puede “tener cierto éxito inicial”, pero corre el riesgo de causar “daños terribles” a la población sin resolver un problema “que ambos queremos solucionar, que es asegurarnos de que Hamas no pueda volver a gobernar Gaza”. Más de un millón de palestinos se han aglutinado en Rafah con la esperanza de encontrar refugio a medida que la ofensiva israelí avanzaba por la franja. Israel ha afirmado que la ciudad también alberga cuatro batallones de combatientes de Hamas.
La conducción israelí de la guerra, comentó Blinken, ha puesto al país “en la trayectoria de, potencialmente, heredar una insurgencia en la que queden muchos elementos armados de Hamas o, si se va, que permanezca un vacío llenado por el caos, la anarquía, y probablemente que va a volver a ser ocupado por Hamas. Hemos estado hablando con ellos sobre una forma mucho mejor de conseguir un resultado y seguridad duraderos”.
Blinken también se hizo eco, por primera vez de manera pública por parte de un funcionario estadounidense, de las conclusiones de un nuevo informe de la Administración Biden presentado el viernes ante el Congreso, en el que se afirmaba que el uso por parte de Israel de armas proporcionadas por Estados Unidos en la franja probablemente violaba el derecho internacional humanitario. El informe también indicó que las condiciones de guerra impidieron a los funcionarios estadounidenses determinar eso con certeza en el caso de algunos ataques aéreos específicos.
“En lo que respecta al uso de armas, la preocupación por los incidentes en los que, dada la totalidad de los daños causados a niños, mujeres y hombres, era razonable evaluar que, en determinados casos, Israel actuó de forma no acorde con el derecho internacional humanitario”, afirmó Blinken. El secretario de Estado citó “la horrible pérdida de vidas de civiles inocentes”.
Blinken habló con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, este domingo, y reiteró la oposición de Estados Unidos a lo que ahora es la creciente ofensiva israelí en Rafah, dado el número de víctimas civiles allí, según un recuento de la llamada hecho por el Departamento de Estado.
Blinken instó a Gallant a que permitiera a los trabajadores humanitarios llevar ayuda a Gaza y distribuirla. La ofensiva israelí en Rafah ha cerrado uno de los dos principales pasos fronterizos hacia el territorio durante una semana, y la mayoría de las operaciones tuvieron que ser detenidas en el otro, después de que fuera blanco de un ataque con cohetes de Hamas.
Siete meses de combates y restricciones israelíes a las entregas de ayuda han provocado ya una hambruna en el norte de Gaza. Las organizaciones humanitarias afirman que el corte casi total de alimentos, medicinas y combustible y los obstáculos creados por la ofensiva en Rafah, han puesto las operaciones humanitarias en toda Gaza al borde del colapso.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, planteó en una llamada telefónica el domingo con su homólogo israelí, Tzachi Hanegbi, su preocupación por una operación militar terrestre en Rafah y discutió “cursos de acción alternativos” que garantizarían la derrota de Hamas “en todas las partes en Gaza”, según un resumen de la conversación de la Casa Blanca. Hanegbi “confirmó que Israel está teniendo en cuenta las preocupaciones de Estados Unidos”, aseguró la Casa Blanca.
La guerra comenzó el 7 de octubre tras un ataque de Hamas contra Israel en el que murieron 1,200 personas, en su mayoría civiles. Unas 250 personas fueron tomadas como rehenes. La ofensiva israelí ha provocado la muerte de más de 35,000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamas.
Cada vez hay más tensiones entre Biden y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre cómo se ha llevado a cabo la guerra, y también tensiones internas sobre el apoyo de Estados Unidos a Israel, con protestas en los recintos universitarios estadounidenses y muchos legisladores republicanos afirmando que Biden tiene que dar a Israel lo que necesite. El tema podría tener un papel importante en el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.
En una entrevista concedida la semana pasada a la cadena CNN, Biden afirmó que su Administración no proporcionaría armas que Israel pudiera utilizar en un asalto total contra Rafah.