Novela negra Región de Murcia | Claudio Cerdán: "‘El hombre sin rostro’ va sobre lo que sucedería si enganchas al hombre del saco y le das una lección"

Entrevista | Claudio Cerdán Escritor

"‘El hombre sin rostro’ va sobre lo que sucedería si enganchas al hombre del saco y le das una lección"

Después de casi cinco años alejado de la novela –que no de la creación literaria–, el yeclano regresa a las librerías con una historia, entre el terror y el thriller, ambientada en la Región e inspirada por El hombre que ríe, de Victor Hugo

El escritor yeclano Claudio Cerdán.

El escritor yeclano Claudio Cerdán. / L. O.

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Claudio Cerdán (Yecla, 1981) ha vuelto al redil. En los últimos años se ha probado en el mundo del cómic y ha escrito algunos guiones; incluso ha explorado las posibilidades de los audiolibros. Sin embargo, lo suyo es la novela. Y cuando más negra, mejor. Aunque esta vez –casi cinco años después de la última– ha dejado que el terror invada las páginas de El hombre sin rostro (Destino, 2024). Eso convierte esta historia en «especial», pero también lo hace el hecho de que esté íntegramente ambientada en la Región –algo nuevo en su extensa bibliografía– y llegara en un momento personal «complicado»: «Sus páginas –las de esta novela– me sirvieron de ancla y de guía», dice. Además, en ella se rebela contra un cliché del noir –aquí no hay asesino, aunque el villano del que habla el título nada tiene que envidiar a ningún serial killer en términos de maldad– y lo hace desde la ficción, pero tras experimentar el horror real tras participar de uno de los juicios más mediáticos de España en los últimos años. De todo ello nos habla en esta entrevista en la que, además, señala a Victor Hugo y El hombre que ríe (1869) como su principal fuente de inspiración.

¿Cómo está, Claudio? Entiendo que publicar una novela siempre es motivo de felicidad, pero ha dejado caer que el camino que le ha traído hasta aquí no ha sido fácil...

Sí. El hombre sin rostro ha resultado ser una novela muy exigente para mí (como escritor). Además, en el plano personal, me he mudado siete veces en dos años, con una situación familiar complicada... Pero ahora ha llegado el momento de disfrutar.

Ahora entraremos en materia, pero El hombre sin rostro es su primera novela en casi cinco años. Cierto es que, en este tiempo, ha cultivado otras modalidades literarias como el cómic y los audiolibros, pero ¿esta es una vuelta a ‘casa’? ¿Qué ha pasado en este tiempo? ¿Necesitaba probar otras cosas o esta historia se ha dilatado por algún motivo?

No. Simplemente que, cuando publiqué Los señores del humo (2019), quería que se mantuviera durante algún tiempo como mi ‘última novela’. Fue un libro también muy exigente y creo que de lo mejor que he escrito. Así que, en ese momento, decidí lanzarme a lo de los audiolibros y a hacer guiones para cine, y también publiqué el cómic Toxic Detective (2021). Pero ya era hora de volver a las librerías con una novela nueva bajo el brazo.

"Si la realidad no te devuelve una sonrisa, siempre puedes evadirte con las letras"

¿Cómo empieza a gestarse esta novela?

Las novelas negras suelen comenzar con un asesinato en las primeras páginas. Se ha convertido en un cliché, en algo ya manido. Así que me pregunté si podría escribir una historia en la que el villano no matara, pero en la que fuera igual de despiadado que un asesino en serie. Ahí fue cuando leí El hombre que ríe, de Victor Hugo, y encontré la solución.Y, consecuentemente, a los Comprachicos. ¿Quiénes son ellos, quién es Ramón Sellés y qué vinculación tienen con Murcia?

En la novela, Victor Hugo cuenta que existe una mafia a la que se conoce como los Comprachicos y que se dedicaba a secuestrar niños para deformarlos y venderlos como monstruos de feria. Por ejemplo, explica que en la antigua China los metían en jarrones para que crecieran dentro y, cuando ya no podían desarrollarse más, rompían la vasija. Me pareció una imagen terrible y me pregunté qué pasaría si un psicópata pusiera en práctica sus técnicas hoy en día. Y lo más fascinante de todo es que Victor Hugo dice que su líder era Ramón Sellés, que fue un bandolero que actuó en la zona de Murcia, llegando incluso a asaltar la Catedral.

Entonces..., ¿hay fundamentos para pensar que pudieron existir de verdad en el siglo XVII?

Gracias a los estudios de Beltrá Torregrosa sabemos que sí, que Ramón Sellés existió, y además en la época que narra Victor Hugo. Mado Martínez realizó un fascinante reportaje al respecto, les invito a que lo busquen y lo lean.

Esto le ha permitido ambientar su novela en la Región. Pero no en una localidad en concreto, sino que hace un viaje –oscuro, pero un viaje– por casi toda nuestra geografía. ¿Ha surgido así, o hay algo de reivindicación del terruño en esta decisión?

Tras más de quince obras publicadas, me di cuenta de que no tenía ninguna novela ambientada en mi tierra. Yo estuve viviendo seis años en Suecia y, a la vuelta, Murcia me acogió con los brazos abiertos, así que siempre he sentido que le debía un libro, y ese libro es El hombre sin rostro. Y sí, la historia comienza en las salinas de San Pedro del Pinatar, pasa por Murcia capital, las zonas boscosas de Moratalla, el puerto de Cartagena, las calles de Yecla y el Santuario de Totana, entre otros parajes de nuestra comunidad; de hecho, en ningún momento pongo el pie fuera de la Región. Ahora te puedo decir que Murcia es un lugar increíble para ambientar un thriller.

¿Cómo de ‘diferente’ es escribir de su tierra en comparación con otras historias o relatos en los que la acción tenía lugar en regiones o países lejanos?

Mira, yo siempre he sido muy minucioso a la hora de documentarme. En mis novelas, si un personaje mira a la derecha antes de cruzar una calle es porque ese es el sentido del tráfico. Son detalles mínimos que nadie va a comprobar, pero yo siento que, como autor, tengo que prestar atención a todas esas cosas. Y, claro, en este caso toda esta parte ha sido mucho más sencilla porque conozco las calles de la Región, sus rincones, su gastronomía... Creo que, en este sentido, va a gustar tanto a los que no conozcan la Región como a aquellos que sí, sobre todo a quienes vivieron aquí y ahora están fuera; seguro que les despierta grandes recuerdos...

En lo que respecta a la trama, centra el foco sobre una familia que tiempo atrás perdió a un hijo y que hoy viven de su trabajo en una asociación de ayuda para casos de desapariciones infantiles. ¿Se ha inspirado en casos reales? Lamentablemente, en los últimos años hemos asistido a unos cuantos...

Estuve colaborando con el ABC en el juicio de Ana Julia Quezada [autora confesa del rapto y posterior asesinato del joven almeriense Gabriel Cruz en 2018]. Lo que se vivió en esa sala me marcó mucho..., y sentía que, de alguna manera, tenía que arrancarme esas pesadillas de la cabeza. Así que, como te imaginarás, el germen de El hombre sin rostro aparece también durante aquellos días; más concretamente, al preguntarme por qué los monstruos caminan entre nosotros sin que nadie los reconozca.

Son casos, estos, que instalan el desasosiego en los lectores de prensa mejor que cualquier otros. Supongo que, como escritor y desde la ficción, son un recurso atractivo; aunque no debe de ser fácil trabajar esas emociones..., y menos después de haber vivido aquel proceso judicial tan de cerca.

Tengo dos niños pequeños..., te aseguro que no es fácil escribir de estos temas siendo padre. Igualmente, recalco que esta obra es pura ficción; nunca me atrevería a escribir sobre el dolor real de una familia. De todas formas, al terminar esta novela me di cuenta de que no era una historia sobre niños que sufren, sino sobre niños que son rescatados del mal. Podríamos decir que El hombre sin rostro gira en torno a qué sucedería si agarras al hombre del saco por el cuello y le das una lección. 

Por cierto, esta historia (de ficción) le ha permitido mezclar, quizá más que nunca, dos géneros: el thriller y el terror. ¿Es una novela para todos los públicos?

Sin duda. Es una novela muy accesible para cualquier lector. Los que ya la han leído me dicen que una vez empiezas a leerla no puedes dejarla, que tiene un ritmo frenético y que es muy adictiva. Las pinceladas de terror le dan un punto diferente muy interesante.

"Trabajé en el juicio de Ana Julia Quezada. Lo que se vivió en esa sala me marcó mucho..., y sentía que, de alguna manera, tenía que arrancarme esas pesadillas de la cabeza"

También dice que este libro es «especial» porque, pese a ser una historia imaginada, es «muy personal». Explíquese.

En El hombre sin rostro hablo de mis experiencias como padre, de mis temores y mis miedos. Es imposible ocultarse del todo tras una novela; siempre quedan rendijas por las que se puede ver quién eres y cómo ves el mundo. Y al escribir sobre Murcia también sentí este libro como más cercano. Además, salen varios amigos míos como personajes.

Y asegura, en una nota de prensa, que le salvó la vida... ¿Qué ha encontrado en ella (o en la literatura) para combatir los días oscuros?

La escritura es un refugio. Cuando la realidad no te devuelve una sonrisa, siempre puedes evadirte con las letras. Estaba en un momento bastante malo cuando escribí este libro y sus páginas me sirvieron de ancla y de guía. Esta novela fue mi salvavidas, y espero que lo sea también para más gente.