Quién es Thomas Neuwith, el hombre detrás de Conchita Wurst, invitada a Eurovisión
Quién es Thomas Neuwith, el hombre detrás de Conchita Wurst, invitada a Eurovisión
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Quién es Thomas Neuwith, el hombre detrás de Conchita Wurst, invitada a Eurovisión

La cantante es una de las intérpretes que van a homenajear a ABBA en la final de Eurovisión por el 50º aniversario de su victoria

Foto: Conchita Wurst, durante el ensayo de su actuación en Eurovisión 2024. (Reuters)
Conchita Wurst, durante el ensayo de su actuación en Eurovisión 2024. (Reuters)

Hace 50 años que ABBA ganó Eurovisión con su mítico ‘Waterloo’. Esta edición, la organización ha querido rendir homenaje al grupo sueco, ya que su país natal es el anfitrión del festival. Sobre el escenario van a pasar los favoritos de este año como Irlanda o Croacia, pero también caras conocidas como es la inconfundible Conchita Wurst que, junto a Charlotte Perrelli y Carola, cantará un popurrí de los éxitos de ABBA.

Wurst llegó a la vida de los eurofans en 2014, cuando se hizo con el micrófono de cristal gracias a la canción ‘Rise Like a Phoenix’. Llevó a la cima a Austria, cuya última victoria fue en 1966 con Udo Jürgens. Pero es interesante mencionar que la intérprete había nacido solo tres años antes.

placeholder Conchita Wurst, Charlotte Perrelli y Carola, en el ensayo de Eurovisión 2024. (Reuters)
Conchita Wurst, Charlotte Perrelli y Carola, en el ensayo de Eurovisión 2024. (Reuters)

La cantante austriaca es el alter ego de Thomas Neuwirth, aunque ya no se sabe dónde empieza una y termina el otro. Nace en 2011, cuando le ofrecieron hacer un show de burlesque en Viena, pero él no quería deshacerse de su barba. Así que en ese momento empezó a experimentar con el personaje de Conchita y pasó a ser una “drag con vello”.

Inventó a la artista como una declaración de tolerancia y aceptación. Su creación trascendió las fronteras geográficas y sociales para convertirse en un ícono de la diversidad y la autoexpresión.

placeholder La cantante Conchita Wurst, durante su actuación en la gala de los Premios Alan Turing de 2022. (EFE)
La cantante Conchita Wurst, durante su actuación en la gala de los Premios Alan Turing de 2022. (EFE)

Las malas noticias llegaron en 2018. Neuwirth aseguró a los medios que se había cansado de Conchita. “Hubo un momento de mi carrera en el que me agotaba ser siempre esa señorita perfecta con su imagen impecable”, explicó en ‘El Mundo’.

Así que se afeitó e inventó a WURST, un personaje totalmente distinto y mucho más masculino. Ahora ha vuelto a sus orígenes y este año regresa a la casa que le vio despegar como artista internacional.

placeholder Conchita Wurst, en unos premios en Alemania. (Reuters)
Conchita Wurst, en unos premios en Alemania. (Reuters)

Su historia está marcada por su valentía a la hora de desafiar estereotipos y prejuicios, pero también por la pasión por el arte. Neuwirth nació el 6 de noviembre de 1988 en Gmunden, Austria, como hijo de dos posaderos. Desde temprana edad demostró un talento innato para el canto y la actuación.

En 2006 pisó su primer concurso televisivo, 'Starmania', donde quedó segundo. Al año siguiente se unió a la boyband Jetzt anders!, aunque le duró poco dado que se disolvió antes de su primer aniversario.

Ha nacido una estrella

Fue en 2011 cuando Conchita Wurst emergió como una celebridad. Su participación en el concurso de talentos ‘Die große Chance’ en Austria marcó el inicio de su ascenso hacia la fama. Su clasificación en el programa le permitió presentarse a la preselección de Austria para Eurovisión 2012.

placeholder Conchita Wurst, en una actuación en Austria en 2016. (Reuters)
Conchita Wurst, en una actuación en Austria en 2016. (Reuters)

Con su distintiva barba y una voz poderosa, la cantante desafió las convenciones de la industria del entretenimiento y capturó la imaginación del público. Sin embargo, su camino hacia la autoaceptación no fue fácil.

En una sociedad donde la diversidad todavía es penada, Neuwirth luchó contra el acoso y la discriminación debido a su orientación sexual y su expresión de género. Incluso por parte de sus allegados. En abril de 2018 confesó que era VIH positivo, después de mantenerlo en secreto durante muchos años para evitar el chantaje de un exnovio.

placeholder Conchita Wurst, durante su actuación en la final de Eurovisión 2019. (Reuters)
Conchita Wurst, durante su actuación en la final de Eurovisión 2019. (Reuters)

Tras su intento fallido de ir a Eurovisión, en 2013 participó en dos realitiy-shows, aunque poco tenían que ver con la música. Uno era ‘Los trabajos más duros de Austria’, donde trabajó en una piscifactoría. El otro, ‘Wild Girls’, programa en el que tuvo que sobrevivir en los desiertos de Namibia.

Pero la artista no se rindió ante las adversidades. Fue en Eurovisión 2014, en Copenhague, donde Conchita Wurst se consagró como un icono cultural, no sin antes ser atacada. La selección de la intérprete desató la polémica en Austria.

Cuatro días después de su elección por parte de la televisión estatal, se creó una página en Facebook llamada Anti-Wurst con más de 31.000 seguidores. No obstante, las quejas no vinieron solo de la ciudadanía.

En octubre, el Ministerio de Información de Bielorrusia recibió una petición para que la emisora BTRC no emitiese su actuación porque Eurovisión se convertiría "en un semillero de la sodomía". Dos meses más tarde, Rusia se sumó al carro de comentarios homófobos.

placeholder Conchita Wurst, en una gala de Eurovisión en 2015. (EFE)
Conchita Wurst, en una gala de Eurovisión en 2015. (EFE)

Pese a todas las voces contrarias, el 10 de mayo de 2014 se subió al escenario e interpretó la emotiva balada ‘Rise Like a Phoenix’. Con su alisado japonés, rimmel waterproof, escote vertiginoso y altísimos tacones conquistó a los millones de espectadores. Se alzó con el micrófono de cristal y se convirtió en un símbolo de la tolerancia y la diversidad dentro y fuera de las fronteras europeas.

Al recoger el trofeo aseguró: "Somos imparables". Y así ha sido desde entonces. En 2015 lanzó su primer disco, titulado ‘Conchita’, y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos internacionales.

La voz de un colectivo

Su victoria en Eurovisión catapultó a Conchita Wurst a la escena mundial, donde ha utilizado su estatus para abogar por los derechos LGTBI. Ha participado en varias marchas del Orgullo y hasta cantó en el Parlamento Europeo para pedir respeto para las personas sin importar “su color de piel u orientación sexual”.

placeholder La cantante Conchita Wurst, durante una conferencia de prensa en Tel Aviv por el desfile del Orgullo en 2015. (EFE)
La cantante Conchita Wurst, durante una conferencia de prensa en Tel Aviv por el desfile del Orgullo en 2015. (EFE)

A través de su música y su activismo, Conchita ha desafiado los estereotipos de género y ha inspirado a una generación. Pero fuera del escenario, Thomas Neuwirth ha enfrentado sus propias batallas internas para buscar su identidad.

Junto con su disco debut sacó una biografía donde narra cómo pasó de ser un adolescente homosexual que sufría acoso a una superestrella. En una entrevista, Neuwirth compartió: "Conchita es mi superheroína, mi instrumento para hacer el bien en el mundo".

placeholder Conchita Wurst, en 2023. (Reuters)
Conchita Wurst, en 2023. (Reuters)

Su presencia no solo se ha consagrado en la música, también lo ha hecho en la moda. Su estilo único la ha convertido en un ícono de estilo y una fuente de inspiración para diseñadores en todo el mundo como Karl Lagerfeld. Pero ella también ha tenido que encontrarse.

Un hasta luego más que un adiós

En 2015, el look de la cantante cambia. Empieza a utilizar pelucas más cortas y, pocos años después, deja de utilizarlas para salir con su propio pelo teñido de plateado. Hasta modificó un símbolo tan característico como su barba. Terminó por borrar las fotos de Conchita de su Instagram.

Me aburrí de Conchita. Gané mucho con ella y después no sabía qué me quedaba por hacer”, sentenció en ‘El Mundo’. Sin embargo, siguió actuando por todo el mundo, desde la Ópera de Sídney hasta el London Palladium.

Pese a la amenaza de acabar con el personaje, Conchita Wurst está más viva que nunca. La artista continúa desafiando las expectativas y rompiendo barreras con su música y su activismo. Además, su legado perdurará para siempre. O por lo menos hasta que retiren su figura de cera exhibida en el Museo Madame Tussauds de Viena.

Hace 50 años que ABBA ganó Eurovisión con su mítico ‘Waterloo’. Esta edición, la organización ha querido rendir homenaje al grupo sueco, ya que su país natal es el anfitrión del festival. Sobre el escenario van a pasar los favoritos de este año como Irlanda o Croacia, pero también caras conocidas como es la inconfundible Conchita Wurst que, junto a Charlotte Perrelli y Carola, cantará un popurrí de los éxitos de ABBA.

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