DIOSES FALSOS

DIOSES FALSOS

Los falsos ídolos. | Rankia
 

 

 

 

DIOSES FALSOS

“Cambiaron la verdad de Dios en mentira, y adoraron y sirvieron a las criaturas
antes que al Creador, que es bendito por los siglos. Amén” (Romanos 1:25).
C ualquier cosa que se relaciona con nuestra vida y no está completamente en las
manos de Dios se puede convertir en un dios falso. Los griegos y los romanos
conocían bien esta realidad, ya que para ellos cualquier cosa se podía convertir en
un dios. Por ese motivo, crearon a Hefesto, el dios del trabajo; a Mamón, el dios del
dinero; a Hímero, el dios del deseo sexual; y a tantos otros.
Necesitamos admitir que, como seres humanos, convertimos fácilmente cual
quier cosa en un dios. Por ejemplo: el trabajo es una bendición, pero si se torna en
nuestra prioridad principal, se convierte en el “Hefesto” de nuestra vida. El sexo
fue diseñado por Dios antes del pecado, pero cuando dejamos de seguir el patrón
establecido por Dios para nuestra sexualidad, se convierte en un dios falso como
“Hímero”. Cualquiera de estos dioses falsos puede destruir nuestra vida espiritual.
En Romanos 1:25, Pablo habla acerca de la tentación humana de sustituir la
adoración del Dios único y verdadero por la adoración de seres creados. El após
tol afirma que este tipo de adoración está basado en una mentira que nunca
hará al ser humano realmente feliz. Él denomina este tipo de actitud como “locu
ra” (Rom. 1:22). Realmente es una locura querer encontrar paz en la satisfacción
personal, en los vicios o en acumulación de riquezas. Solo en Dios podemos ser
plenamente felices.
Uno de los dioses más destructivos es el dios de la codicia y la búsqueda desen
frenada de dinero. Por eso, Jesús afirmó: “Ninguno puede servir a dos señores.
Porque, o aborrecerá a uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al
otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas” (Luc. 16:13).
La fidelidad y la generosidad son la mejor manera de librarse de la codicia.
Cuando decidimos devolver fielmente el 10 % de nuestros ingresos como diezmo y
escogemos un porcentaje para la devolución regular de las ofrendas, estamos per
mitiendo que Dios mate cada día el dios falso de la codicia que intenta dominarnos.
Al devolver los diezmos y las ofrendas, pide a Dios que te ayude a matar los
dioses falsos que están controlando los diferentes aspectos de tu vida. Toma la
decisión de colocar el yo en último lugar y a Dios en el primero.

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