Probablemente seas homofóbico y ni siquiera lo sabes
Con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia (IDAHOBIT), hoy queremos hablar de un tema importante: cómo las charlas ocasionales y las pequeñas ocurrencia entre familiares, compañeros y hasta entre amigos pueden considerarse agresiones y ser muy perjudiciales para las personas LGBTQI+. No todos los ejemplos de homofobia, transfobia y bifobia son flagrantes. Lo cierto es que las palabras importan, y algunas personas pueden no darse cuenta de que están mostrando prejuicios porque podrían estar incurriendo en microagresiones sin saberlo: lo cierto es que muchos no se dan cuenta de que están haciendo un comentario o una acción microagresiva y puede que no tengan intención de perjudicar a nadie.
Sin embargo, este tipo de comportamientos son muy hirientes para quienes las sufren, así que tienen el mismo poder que una manifestación más agresiva y abiertamente homofóbica, lesbofóbica, bifóbica o transfóbica. Quizás estés pensando: “Esto es una exageración, no soy homofóbico. ¿Ya no se puede decir nada?”. Y aquí radica el problema: tal vez no vayas a cometer un crimen de odio, pero tu manera de pensar es tan dañina como la de alguien que sí lo hace. Eres homofóbico y no lo sabes. Kevin Nadal, profesor de psicología del John Jay College of Criminal Justice y autor del libro That’s So Gay!, explica que a menudo “se patologiza a las personas LGBTQI+ de forma abierta y encubierta. Por ejemplo, preguntar a una mujer si tiene marido o novio, presumiendo así su heterosexualidad, o decirle a alguien bisexual que probablemente sería más feliz si eligiera una relación heterosexual”.
De igual manera, este tipo de agresiones se producen cuando alguien comenta a alguien gay que no debería ser tan extravagante o que debería actuar de forma “más masculina”. Los heterosexuales no se dan cuenta de que es habitual dar por sentado que alguien es heterosexual, a menos que se demuestre lo contrario. Tratar a las personas LGBTQI+ y sus identidades de género o sexuales como “estilos de vida” o “preferencias”: es dañino que esto pueda percibirse como una elección. Las personas queer están orgullosas de quienes son y no es algo que hayan elegido, pues niega sus experiencias vividas y las adversidades que supone haber tenido esta identidad.
El aspecto físico de las personas queer también suele ser motivo de discusión: ¿Cuántas veces no hemos escuchado que alguien “no parece” ser gay? ¿Y cuando alguien dice que alguien trans se ve “demasiado bien”? En lugar de tratar de comprender y acercarse con humilde curiosidad, se imponen las propias suposiciones de género sobre el cuerpo de otra persona y se le insta a explicar identidades y elecciones profundamente personales, a menudo en contextos completamente inapropiados. Ni hablemos del hecho de que muchos amigos o familiares parecen tener problemas con el nuevo nombre de alguien trans, o sus pronombres actualizados.
¿Por qué es tan importante prestar atención a esto? Todas estas microagresiones tienen un impacto significativo en la vida de las personas. Aunque algunas de estas experiencias pueden parecer inofensivas o carentes de importancia, muchos estudios han descubierto que cuantas más microagresiones sufren las personas, más probabilidades tienen de manifestar síntomas de depresión, angustia psicológica e incluso problemas de salud física. Admitamos cuando cometemos estos errores, aprendamos de la equivocación y pidamos disculpas. Escucha lo que intentan decirte e intenta no ponerte a la defensiva. Nada cuesta ser amable y considerado.
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