Estas son las cosas que hacen especial al pueblo medieval más bonito de España. Y te sorprenderán

Turismo

Estas son las cosas que hacen especial al pueblo medieval más bonito de España. Y te sorprenderán

La Inteligencia Artificial "OpenAI" destaca su patrimonio histórico y su entorno natural

Puerta de la Villa de Pedraza
Puerta de la Villa de PedrazaFacebookFacebook

En este tiempo de las nuevas tecnologías, en el que todo se mide, y en el que parece que las máquinas saben más que los humanos, hay una cosa en la que parece que todos están de acuerdo en cual es el pueblo medieval más bonito de España. Y es que lo que se puede ver, contemplar y visitar hace más fácil esta elección. Y es que la mayoría de internautas como la Inteligencia Artificial, en este caso "OpenAI" se han decantado por la misma villa, para elegirla como un lugar único para visitar, aunque sea solo una vez en la vida.

Y es que todos coinciden en resaltar de este municipio tanto su imponente patrimonio histórico como su bello entorno natural. Pero además esta localidad cuenta con otros atractivos que la hacen especial. Se trata de la espectacular villa medieval amurallada segoviana de Pedraza, cuya rehabilitación motivó su declaración como Conjunto Histórico en 1951. Su nombre parece derivar de la Pretaria romana, aunque los primeros datos históricos se remontan a Fernando Gómez de Albornoz, comendador mayor de Montalbán, que fue nombrado por el rey Enrique II de Castilla, señor de Pedraza.

En los siglos XVI y XVII tuvo lugar la época de mayor esplendor de este municipio segoviano, y es de cuando datan la mayor parte de casas y palacetes. Esta prosperidad se debió, entre otros motivos, a la exportación hacia el norte de Europa de la lana de sus rebaños de ovejas merinas y a sus excelentes tejidos, capaces de competir con los mejores que se elaboraban en Flandes.

En la actualidad esta villa cuenta con unos 125 vecinos, y todos ellos viven del turismo, por lo que en el municipio se pueden encontrar numerosos asadores, tiendas de decoración, mueble rústico, artesanía, jabones o chocolates, entre otros. Pero además de belleza e historia, Pedraza cuenta con una serie de peculiaridades que la hacen especial.

Y es que a esta villa medieval solo se puede entrar por una pequeña puerta. Con el nombre de la "Puerta de la Villa" forma parte del conjunto monumental de esta localidad y data del siglo VII. Más tarde, Iñigo Fernández, mandó su reconstrucción colocando en la parte superior de la clave su escudo.

La puerta posee dos portones de madera que en la actualidad se mantienen siempre abiertos pero que en su época era el carcelero el que se encargaba de cerrarlos cuando oscurecía para que la villa quedase protegida. Es el único acceso que tiene la villa segoviana de Pedraza tanto para salir como para entrar, lo hace en un lugar que siempre se mantiene transitado.

Esta vía de acceso otorgó a la localidad una envidiable defensa, durante siglos. Una reciente restauración ha devuelto a la puerta su coquetería mudéjar, que estaba oculta tras un tosco enlucido. A ambos lados de la puerta, se puede apreciar un bonito esgrafiado en sus muros.

El escudo que protagoniza su fachada exterior es el de los Fernandez de Velasco, señores de la Villa durante cuatro siglos. Fue torreón defensivo, y posteriormente albergó el edificio de la Cárcel, hasta el año 1890, siendo sus muros testigos de muchas historias, contadas hoy algunas de ellas en las visitas guiadas que realiza la Fundación Villa de Pedraza.

Además, Pedraza es el pueblo mejor situado de España, ya que está a una hora y media de Madrid, a ocho horas de Tarifa, a seis del Cabo de Finisterre y a cuatro horas y media de Valencia, lo que hace que una visita a este pueblo sea obligada desde cualquier punto de nuestro país.

También cuenta con una plaza mayor, que está considerada como una de las plazas mayor más bonitas de España. irregular en su forma y creada para que las familias nobles de la villa disfrutaran desde sus balcones, de los festejos taurinos celebrados desde 1550. A día de hoy, sigue transformándose en plaza de toros, luciendo sus mejores galas durante las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Carrascal, del 6 al 11 de septiembre.

Pocas familias fueron las privilegiadas de vivir en esta Plaza, conservándose todavía sus palacios y casonas datadas en los siglos XVI y XVII, presididas en su conjunto por imponentes fachadas y elegantes escudos de armas, encargados de recordarnos hoy, a quién pertenecieron entonces. Sin duda alguna, el corazón de Pedraza se encuentra en su Plaza Mayor, un lugar de encuentro, único y cargado de historia.

Además, Pedraza cuenta con una riqueza natural única. La silueta de la Sierra de Guadarrama es el telón de fondo que enmarca el paisaje de las tierras de Pedraza y su alfoz. Bosques de encina y enebro (como aquí se conoce a la sabina albar), cubren las lastras pedregosas que se impregnan del aroma a tomillo, espliego, mejorana y salvia.

Entre ellos se intercalan frondosos prados de pasto, delimitados por los tradicionales muros de piedra seca, en los que el ganado sestea a la sobra de fresnos y encinas centenarias. Estos paisajes ganaderos del piedemonte son, sin duda, uno de los atractivos de la Tierra de Pedraza.

Aquí vive una gran diversidad de fauna como zorros, tejones, conejos, liebres, corzos, ginetas, garduñas, comadrejas, jabalíes… aunque si tenemos que destacar a un habitante especial esta es sin duda el Águila Imperial Ibérica, única por su espectacularidad y belleza. Pero ésta no es la única rapaz que frecuenta los paisajes que rodean las Rades de Abajo, Pedraza y La Velilla, también se puede observar al aguililla calzada, al águila culebrera, el halcón peregrino, el buitre negro, los milanos real y negro o incluso el Búho Real. Este último prefiere para anidar los cortados rocosos que se forman en los retazos del macizo calcáreo sobre los que se alza Pedraza de la Sierra, resquebrajados por el paso de los arroyos del Vadillo y el Encinarejo, que forman pequeños cañones que fueron la fortificación natural de la villa.

En ellos viven también buitres leonados, alimoches, aviones roqueros y comunes, golondrinas, chovas, cornejas y el roquero solitario. Pedraza es un paraíso para aves y pequeños pájaros como jilgueros, pardillos, currucas, chotacabras, alondras, totovías, oropéndolas, abejarucos, alcaudones y un sinfín más.

En la vega de este último se conservan las antiguas huertas regadas por las acequias que recogen el agua de los manantiales que afloran en el roquedo, formando pequeños vergeles que en verano destacan coloridos entre el blanco ceniciento y anaranjado de la roca. Aquí se encuentra el Centro Temático del Águila Imperial Ibérica desde el que parten varias rutas de senderismo como la Senda de las Tongueras, la de la Dehesa o la ruta de la Tierra de Pedraza, de veinticinco kilómetros de extensión, según destacan desde el Ayuntamiento de Pedraza.

La villa segoviana cuenta con otros atractivos patrimoniales que resaltan su belleza como son: - La Calle Real: Nunca cambio su nombre. Es evidentemente la espina dorsal del pueblo. Conduce hasta la Plaza Mayor y desde allí la calle Mayor apura hasta el castillo. Los edificios más notables están en esta “milla dorada”; enseguida llama la atención una casa con balcón de esquina: es la llamada casa de Pilatos, un caserón del siglo XVI que perteneció a la familia Ladrón de Guevara.

Enfrente, obligando a la calle Real a hacer un quiebro, se asienta otra de las casas pedrazanas con más sabor cuyo último de sus tres pisos es un entramado de madera y ladrillo característico del medievo. En el último tramo antes de llegar a la Plaza Mayor y en su lado impar se hallan los escudos de los Pérex, de los Salcedo, de los Velasco y Ladrón de Guevara, familias que lo ocuparon a comienzos del siglo XVIII.

- El Castillo: Se trata de una fortaleza edificada en el siglo XIII y reedificada en el siglo XV. De ese siglo es la torre del homenaje. Dentro del castillo, en la escalera que da paso al aljibe, se conserva el escudo de los Herrera, anteriores a los Fernández de Velasco. Los duques de Frías, condestables de Castilla, volvieron a reformarlo en el sigl XVI de donde data la estructura que actualmente se ve. A este castillo se vinculan sucesos históricos como la prisión de los hijos del rey de Francisco I de Francia desde 1525 a 1529 y también alguna que otra leyenda. En 1926, cuando lo adquirió el pintor Ignacio Zuloaga, el interior del castillo estaba arruinado. Restauró una de las torres, donde instaló un taller y pintó paisajes y retratos de las gentes de Pedraza.

- La Iglesia de San Juan Bautista: Situada en el lado sur de la Plaza Mayor, nos deja apreciar restos de su original estilo románico, como su altiva torre con arquería en su cima y el ábside que ahora se puede apreciar desde la pequeña plaza recuperada para regocijo del visitante a la que se tiene acceso desde la Plaza Mayor a través de un pasadizo situado casi bajo la torre. El antiguo estilo románico sufrió un revestimiento que ha dotado al interior del templo de un singular encanto. La pila bautismal es una notable pieza románica del siglo XIII.