La exitosa serie de Julian Fellowes ha tenido su continuación en el cine con dos películas. La última de ellas nos muestra, de forma magistral, el cambio que supuso en el cine la llegada del sonido y la difícil adaptación de muchos de sus protagonistas.
Downton Abbey: Una nueva era (Simon Curtis, 2022) es la segunda de las películas que han surgido tras el gran éxito de las seis temporadas de la serie Downton Abbey (2010-2015). Todo se desarrolla entorno a la casa que ha sido el hogar de la aristocrática familia Crawley durante muchas generaciones, donde se entrelazan la vida de los sirvientes con la de la propia familia y sus secretos. Las películas avanzan de década y la «nueva era» llega a finales de los años 20, a las puertas de un enorme cambio para la industria del cine.
El guion de Fellowes narra un curioso ofrecimiento que recibe la familia Crawley, usar Downton Abbey como escenario para una película. Aunque surgen dudas entre los miembros de la familia, el dinero que van a recibir ayudaría a sufragar los enormes gastos de mantenimiento de la mansión.
La trama se divide en otra línea argumental cuando la familia recibe la noticia de que la condesa viuda Violet (Maggie Smith) ha recibido en herencia una villa en Francia de un marqués fallecido, lo que hace sospechar a su hijo Robert (Hugh Bonneville), conde de Grantham, ser fruto de una aventura del pasado. Gran parte de la familia viaja a Francia, quedando la casa huérfana de muchos de sus miembros mientras se realiza el rodaje.
Pero todo cambia de forma repentina cuando el director, Jack Barber (Hugh Dancy), recibe una llamada urgente del productor que le obliga a detener la película. Una conversación entre Violet e Isabel Merton deja claro el problema: «Está haciendo la película equivocada, el público quiere películas en las que se hable«. Todo parece solucionarse cuando deciden continuar la producción añadiendo sonido gracias a la sugerencia de Lady Mary (Michelle Dockery), hasta que descuben un enorme problema.
Los equipos de la película llevan el sello de British Lion Films, una productora real, nacida en 1919, que realizó éxitos como El tercer hombre (Carol Reed, 1949). Los protagonistas de la película que están rodando en Downton Abbey son Myrna Dalgleish (Laura Haddock), gran estrella y belleza del momento, y el galán Guy Dexter (Dominic West). Todo funcionaba de manera perfecta en la pantalla mientras no había sonido, pero el problema surge cuando se dan cuenta que la voz de la actriz no es adecuada para los diálogos que requiere la nueva producción. Lady Mary vuelve a ser la solución, o mejor dicho su voz, lo que la convierte en el primer doblaje de la historia del cine, aunque sea en la ficción.
¿Y qué tiene que ver con Hitchcock?
Como nos cuenta Vality Fair, Gareth Neame, uno de los productores de las películas de la saga Downton Abbey, confesó que la historia se inspira en un suceso de su propia familia. Su abuelo trabajó de asistente de cámara en Chantaje (Alfred Hitchcock, 1929), la primera película con sonido realizada en Reino Unido. Lo curioso es que ese proyecto nació como película muda y fue durante el rodaje cuando decidieron que debían sonorizarla, justo como sucede en la película de Simon Curtis.
La película transcurre en 1928. Poco tiempo antes, todo el mundo se había sorprendido con las breves palabras que aparecieron en El cantante de jazz (Alan Crosland, 1927). El cambio afectó a muchas de las estrellas que no pudieron continuar con sus carreras debido a su voz. Además la mímica, parte fundamental en el cine mudo, dejaba paso a una interpretación bien distinta, un estilo más similar al teatro. Recientemente ya hablamos sobre esta difícil transición y los dramas que vivieron muchos de estos personajes en Dos películas para el final del cine mudo.