Tal como cité en el artículo Interés (I) del pasado día 12 de mayo, complemento el tema sobre “interés” para completar algunas formas o hábitos que ha habido, y continúa habiendo, en algunos países según la religión mayoritaria que profesan.
El interés es un concepto fundamental para el desarrollo económico y la evidencia más significativa es la obra del inglés John Maynard Keynes (1883-1946) “Teoría general del empleo, el interés y el dinero” publicada en 1936, en la que se combina la magnitud de los conceptos macroeconómicos materiales con un paralelismo con vocablos monetarios. Éste es un avance para estudiar ampliamente la economía de un país y también la de todo el mundo. Para finalizar este esbozo sobre el “interés” voy a añadir algunas expresiones que matizan lo que llamamos dinero y política monetaria. Ahí van:
a) Teoría de la productividad, que es el uso de capital porque resulta una aportación al proceso de producción.
b) Teoría del sacrificio del capitalista, también llamada coste de formación del capital.
c) Teoría de la escasez, porque el capital es escaso y esto supone el pago de un precio por su utilización.
d) Teoría del riesgo, porque la oferta del capital y su cesión lleva aparejado un riesgo por el que hay que compensar al oferente.
e) Teoría de la innovación, porque facilita a los empresarios el realizar las actividades productivas y financieras, las innovaciones que permiten el desarrollo dinámico de las empresas.
f) Teoría dinámica-sociológica e institucionalista, porque la estructura de la sociedad permite obtener un rendimiento del capital.
g) Teoría de la explotación, porque la estructura de la sociedad capitalista permite que el propietario del capital pueda explotar a la mano de obra, en la que los beneficios de una empresa pasan a llamarse “plusvalías” y pueden ser el origen del batacazo de la empresa.
h) Teorías eclécticas y sintéticas, por la combinación de varias de las causas expuestas.
i) Teoría de los fondos prestables, porque se ofrece y demanda el capital monetario en préstamos y, precisamente, el tipo de interés se encarga de equilibrar el capital del fondo prestable.
h) Y otras teorías, que facilitan o entorpecen el mercado del crédito y que repercuten en las decisiones económicas de los ciudadanos.
Lo que he expuesto es la teoría, que viene del latín “theorien”, que significa “observación”, y al final se va igualando el tipo de interés entre los mercados de dinero nacional e internacional que se manejan.
Al margen de las teorías que he citado, me permito incluir algunas denominaciones del interés según los detalles con que se llevan a cabo. Por ejemplo:
1) Interés a largo plazo. Retribución que se genera como consecuencia de imposiciones o depósitos a largo plazo en instituciones financieras, que consisten en operaciones de pasivo bancario o precio del dinero prestado a largo plazo en concepto de préstamo o crédito en operaciones del activo bancario.
2) Interés activo. Precio percibido por un Banco o institución financiera como contratación de un servicio prestado, que puede ser un crédito, un aval, una finanza u otras fórmulas.
3) Interés acumulado. Interés a favor o a cargo de la empresa que, correspondiendo al ejercicio que se cierra, no se cobrará o pagará hasta el posterior por no tener en éste su vencimiento.
4) Interés al tirón, el calculado desde la fecha de utilización de la facilidad crediticia correspondiente y cobrado en su totalidad en el momento de la disposición de dicha facilidad.
5) Interés anticipado, es el interés a favor o a cargo de la empresa, cobrado o pagado en el ejercicio que se cierra y que corresponde al posterior.
6) Interés asegurable, es el interés económico que la legislación establece en ocasiones de modo explícito, que justifique por la pérdida o daño eventual para el asegurado la operación por parte del asegurado.
7) Interés bruto, importe devengado por una operación de activo o pasivo sin deducir impuestos y otras cargas financieras que corresponden.
8) Interés capitalizable, es el producido por un capital al que se van acumulando dichos réditos.
9) Interés compuesto, interés aplicado en cada periodo de tiempo sobre el capital inicial más los réditos procedentes de periodos anteriores.
10) Interés de la deuda pública, precio pagado por el Estado por el conjunto de capitales que recibe en concepto de préstamo.
11) Interés efectivo, rédito devengado en una operación de crédito en función del tanto nominal de interés y de las condiciones temporales de dicha operación.
12) Interés fijo, precio del crédito fijado por las autoridades económicas mediante disposiciones legales.
13) Interés libre, precio del crédito determinado por las fuerzas del mercado. Una situación de tipos de interés libres se caracteriza porque las autoridades económicas no intervienen en su determinación, lo que significa que el sistema financiero se encuentra liberalizado.
14) Interés neto, importe devengado por una operación de activo o pasivo una vez deducidos los impuestos u otras cargas financieras que correspondan.
15) Interés nominal, interés proporcionado por activos que simbolizan préstamos expresados en términos monetarios.
16) Y otras definiciones.
La enumeración y clasificación de los intereses puede ser mucho más amplia pero no los cito por ser excesivamente larga para este artículo. Por ejemplo, podemos escribir sobre el interés corriente; interés de mercado; interés estadístico, también llamado crédito participativo; interés monetario; interés natural; interés originario del capital; interés real; interés simple; intereses a cobrar no vencidos; intereses a pagar no vencidos; intereses cobrados por anticipado; intereses de demora; intereses intercalarios; interés minoritario; intereses pagados por anticipado y numerosas cualificaciones según la finalidad y uso del capital que el prestamista entrega al prestatario.
Como podrá observar, estimado lector, el tema del interés y su influencia en la economía y en la sociedad de un país puede alcanzar numerosas fórmulas de ese llamado “precio del dinero”.
Vicente Llopis Pastor
14 de mayo de 2024
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