10 de mayo, nada qué celebrar: madres marchan en CDMX por sus desaparecidos
Entre lágrimas y exigencias de justicia, madres, hijas y hermanas de víctimas de desaparición en México marcharon este 10 de mayo para conmemorar el Día de las Madres.
Entre lágrimas y exigencias de justicia, madres, hijas y hermanas de víctimas de desaparición en México marcharon este 10 de mayo para conmemorar el Día de las Madres.
Para más de 116 mil madres en México este 10 de mayo no es de fiesta, porque sus hijas e hijos están desaparecidos. Y, como año con año, la capital del país se convirtió en sede de protesta y marcha nacional, donde las madres le recuerdan al gobierno que “no estamos todos” y que les “faltan ellos y ellas”.
Con las fotos de sus hijos plasmadas en lonas, hojas y playeras, cientos de madres de víctimas de desaparición, provenientes de distintos estados de la República, se dieron cita en el Monumento a la Madre para marchar rumbo al Zócalo.
La Marcha Nacional de Madres Buscadoras inició alrededor de las 10:00 horas y concluyó al medio día. El termómetro marcaba entre 32 grados, pero no fue impedimento para que madres e hijas alzaran la voz por sus desaparecidos.
Las mujeres avanzaron entre consignas y lágrimas: “10 de mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta”, “Hijo, escucha, tu madre está en la lucha” y “nos faltan los 43 de Ayotzinapa y 100 mil más”.
Gloria Carmona viajó desde Altamira, Tamaulias, a la Ciudad de México para reclamar la aparición de su hijo Bernardo Iván Pérez, desaparecido el 10 de noviembre de 2021.
“Vengo a esta marcha con la esperanza de encontrarlo, de encontrar una pista que me lleve a su paradero”, expresó la mujer, que intentó contener las lágrimas para contar su relato, aunque no pudo. En días como este, Gloria lamenta no poder estar con sus otros hijos ni con su mamá.
“Desde hace más de dos años no celebro este día, y lo que más me duele es que en esta fecha no puedo estar con mis otros hijos ni con mi mamá. Con el tiempo supe que los 10 de mayo no significan nada si no tenemos a nuestros hijos”, agrega.
Y así como Gloria, está Norma Andrade. A ella no la frena ni la dificultad que tiene para caminar. Apoyada de dos bastones y una silla de ruedas, Norma viene desde Ciudad Juárez, Chihuahua, para marchar por su hija Lilia García Andrade, desaparecida el 14 de febrero de 2001 y encontrada sin vida años después.
“Hoy marcho porque el gobierno tiene una deuda con nosotras y nuestros hijos. Este gobierno nos quedó a deber muchísimo, en campaña nos prometió mucho a las familias y a todas nos quedó debiendo”, reclama.
Desde 2014, Norma marcha cada 10 de mayo y considera que cada año se han sumado más personas, “no es casualidad, siguen desapareciendo a nuestros hijos.
Para Norma, la fecha pasó de celebraciones a exigencias de justicia. Si bien los 365 días del año la mujer mantiene su activismo, este día, dice, es más simbólico para ella. “Mi hija era la que me venía a festejar el 10 de mayo, pero si ella ya no está, ¿quién festeja conmigo?”, expresa Norma con la voz quebrada.
Ximena López Huerta sí pasó este 10 de mayo con su mamá, pero sólo porque la acompaña en la movilización de CDMX. Ambas, cargan las fotos de Eduardo Enrique López Huerta, desaparecido en abril de 2020 en Acapulco, Guerrero.
“Este es el segundo año que vengo a la marcha, el año pasado mi mamá no pudo venir, pero hoy estoy aquí acompañándola. Para mi mamá no es un día para felicitarla, es un día de tristeza al recordar que le hace falta un hijo”, comenta Ximena.
Asimismo, hace un llamado a la sociedad en general a empatizar con las familias de los desaparecidos, pues aunque considera que si bien hay más gente sumándose a la causa, es una problemática que debe tener un impacto mayor.
Ximena porta un letrero en el que se lee “Te cambio mi voto por mi hijo”, al respecto enfatiza: “si los candidatos nos quieren dar una despensa o una ayuda económica, mejor que trabajen por poner en marcha un plan integral para encontrar a nuestros desaparecidos. ¿Me quieres cambiar mi voto por algo? Cámbiamelo por mi familiar”, sentencia la joven.
Danna Hernández no marcha por un hijo o hija, pero está presente este 10 de mayo porque marcha por su mamá, Pamela Portillo Hernández, desaparecida en Chihuahua, Chihuahua, en julio de 2010.
Junto con su hermana carga una lona en la que aparece la foto de su mamá y un mensaje en el que se le desea “feliz día”. Danna tenía solo cuatro años de edad y su hermana cinco cuando su mamá fue víctima de desaparición, pero la figura de Pamela sigue presente en su vida.
“Estoy marchando por mi mamá, porque quiero que regrese, porque no quiero que mi abuela muera sin volver a abrazar a su hija, y yo quiero volver a tener la oportunidad de seguir creciendo con ella, y que ella pueda seguir aprendiendo a ser mamá, porque cuatro años (que la tuvimos) no fueron suficientes”, manifiesta Danna.
Para concluir la marcha de este 10 de mayo, madres e hijas se plantaron frente a las puertas de Palacio Nacional, donde reclamaron al presidente Andrés Manuel López Obrador la falta de apoyos y de políticas públicas para resolver la crisis forense y de desaparición a nivel nacional. “No venimos por la torta, venimos por nuestros hijos”, resonó.
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