Leonor Borbón: la adulación que lleva al despropósito

Leonor Borbón: la adulación que lleva al despropósito

La Monarquía se basa en la desigualdad entre las personas. Una minoría, la Casa Real y la llamada nobleza, son superiores al resto, los súbditos, y éstos colman de honores a sus superiores. Por eso, este martes, 21 de mayo, Leonor Borbón Ortiz recibe las más altas distinciones de las Cortes de Aragón Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Zaragoza sin merecimiento alguno ni mérito conocido más allá de su apellido. Reconocimientos que ya recogió su padre por las mismas razones. A mi juicio se trata de inméritas lisonjas propias de súbditos aduladores, pero no así para quienes tienen …

La Monarquía se basa en la desigualdad entre las personas. Una minoría, la Casa Real y la llamada nobleza, son superiores al resto, los súbditos, y éstos colman de honores a sus superiores.

Por eso, este martes, 21 de mayo, Leonor Borbón Ortiz recibe las más altas distinciones de las Cortes de Aragón Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Zaragoza sin merecimiento alguno ni mérito conocido más allá de su apellido. Reconocimientos que ya recogió su padre por las mismas razones.

A mi juicio se trata de inméritas lisonjas propias de súbditos aduladores, pero no así para quienes tienen la capacidad de decisión en la materia. A este respecto, como demócrata y republicano solo puedo mostrar mi disconformidad.

Pero en esta ocasión se ha dado un paso simbólico que va más allá y que tiene un fuerte calado. La medalla de Aragón la entrega el Gobierno en La Seo de San Salvador de Zaragoza, queriendo rememorar el juramento foral que hacían los reyes de la Corona en la sede catedralicia.

Apenas cabe mayor disparate histórico y jurídico.

En 1205 el Papa Inocencio III otorgó tal privilegio a Pedro II el Católico, rey de Aragón, por la renovación del vasallaje de la Corona aragonesa al Papado, representando la sumisión del poder real al religioso en el marco de un sistema jurídico medieval.

Y esto fue así, salvo contadas y justificadas excepciones, hasta el último soberano de la Casa de Austria, Carlos II Habsburgo, incluyendo el que hubiera sido heredero de Felipe IV, el príncipe Baltasar Carlos, cuyo corazón reposa en una hornacina del altar mayor de la Catedral.

Con la llegada de los Borbones, por derecho de conquista, ninguno de ellos juró Fueros, de hecho el primer Borbón finiquitó la Corona de Aragón y eliminó buena parte del corpus foral.

Por lo tanto, la entrega de dicha medalla en la Catedral cesaraugustana a una Borbón es absolutamente inadecuada, improcedente y discordante.

En un Estado de Derecho y aconfesional (arts. 1 y 16 de la Constitución Española) tal ceremonia de entrega jamás debería hacerse en un edificio religioso, por respeto al Estado de Derecho y nunca, bajo ningún concepto, debe hacerse dicha entrega a una Borbón en La Seo de San Salvador de Zaragoza, por respeto a nuestra Historia, al edificio y su significado.

"Ceremonial de la consagración y coronación de los reyes y reinas de Aragón", en Tesoros Hispánicos de la Liturgia Medieval (catálogo de la exposición virtual), ed. Ángel Pazos-López (Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2018)

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