La creación del Danelaw

Más allá de Ivar el deshuesado: La invasión vikinga de Inglaterra por el Gran Ejército Pagano

Entre 865 y 878 un gran ejército escandinavo asoló la isla de Gran Bretaña, derrotando a los reyes sajones y estableciendo reinos vikingos como el de York.

Viking invasion (Pierpont Morgan Library MS M 736, folio 9v) crop

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La flota vikinga navega hacia tierras sajonas en una miniatura de la Vida de san Edmundo, rey de Anglia oriental ejecutado por el Gran Ejército Pagano. Siglo XII, Museo y Biblioteca Morgan, Nueva York.

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Ivar el deshuesado es uno de los personajes más célebres de las antiguas sagas nórdicas. Hijo de Ragnar Lodbrok y de su tercera esposa Aslaug, este vikingo recibió su apodo por padecer una rara enfermedad fruto de una maldición, que o bien le había deformado los huesos de las piernas o bien los había convertido en frágiles como el cristal (osteogénesis).

Otra versión que daban los escaldos más pícaros, era que se debía a alguna disfunción sexual, pues según reza la Gesta Danorum nunca tuvo hijos “ya que no sentía lujuria ni amor”.

Sea como fuere, el Ivar legendario se convirtió en un poderoso guerrero que a fin de vengar la muerte de su padre (ejecutado en un pozo de serpientes por el rey Aella de Northumbria), reunió a sus hermanos Halfdan y Hubba para encabezar una invasión de Inglaterra que terminaría con la muerte de Aella por la tortura del águila de sangre y el Deshuesado como soberano del reino vikingo de York. 

Una historia épica, sin duda, pero con cierto trasfondo histórico, pues en el año 865 una gran hueste de invasores escandinavos se cernió sobre Gran Bretaña, donde sus miembros conquistaron ciudades y arrasaron pueblos bajo el liderazgo de caudillos vikingos, entre los cuales se contaba a ciertos Hingvar y Halfdan. 

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El gran ejército pagano

Según las crónicas sajonas, la invasión se componía nada menos que de 300 drakkars (unos 12.000 hombres), reunidos en una coalición que agrupaba tanto a incursores, como a nobles exiliados de Noruega con su séquito por el rey Harald Cabello Hermoso, quienes veían en la dividida Inglaterra una oportunidad de asentarse con sus familias en una tierra más fértil.

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La antigua ciudad romana de York (arriba) se convirtió en el primer reino vikingo de Inglaterra. En primer plano el castillo construido por Guillermo el Conquistador en 1068.

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Las incursiones vikingas habían aterrorizado las costas inglesas desde el saqueo del monasterio de Lindisfarne en 793, pero el ataque del 865 sería totalmente diferente tanto en escala como en objetivos. Así quedó claro cuando el ejército pagano tomó tierra en el reino de Anglia Oriental, donde en vez de retirarse tras el saqueo estival acamparon a pasar el invierno.

Tras obtener caballos y provisiones del apurado rey anglo Eduardo, los escandinavos marcharon hacia el norte, a Northumbria. Allí mataron en batalla al rey Aella en batalla y conquistaron la ciudad de York, donde Hingvar se estableció como rey del primer estado vikingo en Inglaterra. 

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Decapitación de Edmundo en una página de su biografía escrita en el siglo XII. Museo y Biblioteca Morgan, Nueva York.

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Con el norte en sus manos, los invasores marcharon ahora de vuelta al sur, donde acabaron con Anglia oriental y su rey Edmundo en 870. La situación se volvió desesperada par los sajones cuando, tras recibir el refuerzo de una segunda hueste en el 871, conquistaron la mayoría de Mercia y la ciudad de Londres.

Solo les resistió el reino meridional de Wessex, que bajo el rey Ethelred y su hijo Alfredo el Grande libraron continuas guerras contra los vikingos, hasta lograr conquistar la parte occidental de Mercia y derrotar a los invasores en la batalla de Edington (878), encuentro que forzó una breve paz entre ambos pueblos.

Danelaw: los reinos vikingos de Inglaterra

La victoria de Alfredo había detenido la invasión en una línea que iba desde el estuario del Támesis hasta el norte de Gales, más allá de la cual los jefes escandinavos se repartieron el territorio en varios reinos escandinavos (llamados conjuntamente Danelaw), siendo el más poderoso el de Guthrum el Viejo con capital en Londres.

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Tumbas de época vikinga en el cementerio de Repton. La influencia de la cultura nórdica se hace notar en los nudos y motivos geométricos que decoran la superficie de las lápidas.

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La conquista supuso un importante cambio para los sajones, pues aunque los escandinavos respetaron el cristianismo, sus súbditos se vieron obligados a concentrarse unos pocos pueblos fáciles de controlar desde ciudades como York y Nottingham, convertidas en centros de poder de la nueva aristocracia que había reemplazado a los nobles ingleses. De hecho muchos de los actuales municipios ingleses deben su nombre al hecho de haber sido fundados por los conquistadores como parte de esta reorganización.

Los vikingos levantaron asimismo numerosos campamentos fortificados en la orilla de ríos navegables, como el de Repton, donde construyeron casas de madera para cobijar a sus familias mientras ellos se iban de campaña. Alrededor de ellos aparecieron con el tiempo elementos como piedras rúnicas y túmulos, que evidenciaban el control vikingo del territorio.

Vikings attacking a town (Pierpont Morgan Library MS M 736, folio 10r)

Vikings attacking a town (Pierpont Morgan Library MS M 736, folio 10r)

Los vikingos atacan una ciudad sajona en una escena de la Vida de san Edmundo.  Museo y Biblioteca Morgan, Nueva York.

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Con todo el Danelaw no fue nunca un territorio unificado, ya que sus múltiples reyes guerrearon tan a menudo entre ellos como con sajones, galeses y escoceses, en una interminable sucesión de escaramuzas e incursiones que marcó los 76 años de dominio vikingo en Inglaterra. Finalmente Wessex terminaría por imponerse en el  954, cuando el nieto de Alfredo, Athelstan, logró convertirse en el primer rey de una Inglaterra unificada.