Lo que me gusta de Inglaterra - La Opinión de Murcia

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Lo que me gusta de Inglaterra

Si crees que en España tenemos problemas con las nacionalidades vasca, gallega o catalana, te recomiendo que veas el documental de la BBC sobre la historia de la conformación y disgregación del Reino Unido. Solo la isla de Gran Bretaña alberga tres naciones: Inglaterra, Gales y Escocia. Las dos primeras han sido prácticamente una desde la Edad Media, mientras que Escocia se unió a principios del siglo XVIII. También se unió en 1808 Irlanda, pero esa fue una unión efímera. La descorazonadora actitud de los parlamentarios ingleses rechazando la ayuda a los hambrientos irlandeses durante la crisis de la patata a mediados del siglo XIX, separó emocionalmente a los habitantes de la isla, mayoritariamente católicos, de los ingleses y alimentó una guerra civil a principios del siglo XX que terminó con la independencia de casi toda la isla.

También parecía tener los días contados la unión con Escocia, con los independentistas perdiendo su derecho a segregarse por escaso margen en un referéndum pactado con David Cameron, el político más cretino que ha alumbrado el privilegiado sistema de educación para ricos que constituye un rasgo distintivo del establishment británico. Las esperanzas de independencia, por otra parte, prácticamente han desaparecido por el momento, al igual que en Galicia, País Vasco y Cataluña. 

Inglaterra es un destino de enorme atractivo. Londres es un prodigio urbano, tanto en su centro histórico como en los nuevos desarrollos en el sur del río Támesis. Es una ciudad muy vital, de cuyos parques un residente en el desierto murciano como yo disfruta enormemente. Recomiendo especialmente Battersea Power Station, una vieja fábrica de electricidad reconvertida en un gran centro comercial junto al rio y a un inmenso parque. Es la última incorporación urbana a la margen sur, justo en la ribera opuesta a Chelsea, el barrio turístico y residencial por antonomasia.

Ya fuera de Londres, la visita a la antigua ciudad romana de Bath, en el sudoeste de Inglaterra, es obligada, como lo es una excursión a Brighton en la costa, con su característica noria, protagonista de múltiples películas de ambiente genuinamente inglés. Por supuesto, Oxford y Cambridge, preciosos enclaves universitarios que son hoy un día espacios pujantes para la ciencia y la tecnología mundial. También merece la pena dedicar un fin de semana a conocer la parte norte de Inglaterra, sobre todo Liverpool. 

Brexit o no Brexit, Escocia o no Escocia, siempre nos quedará Inglaterra, sus ciudades, sus pueblos y su bucólica campiña.

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