¿Ya somos capaces de clonar a Cortázar? - Gaceta UNAM

¿Ya somos capaces de clonar a Cortázar?

Los escritores José Gordon y Jorge Gonzalvo se reunieron en 'El Aleph. Festival de Arte y Ciencia' para hablar sobre las posibilidades creativas en la literatura de la mano de las herramientas de Inteligencia Artificial

José Gordon, curador de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia. Foto: Cultura UNAM.

Dentro de las actividades que han dado cierre a El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, su curador, el escritor José Gordon, se reunió el pasado 17 de mayo con el escritor español Jorge Gonzalvo en el Salón multimedia del Pabellón Nacional de la Biodiversidad, en Ciudad Universitaria, para discutir uno de los temas acerca de la Inteligencia Artificial que más ha preocupado a los literatos: ¿Es posible que la IA llegue a superar la genialidad de los grandes maestros de la literatura? En específico, se plantearon ellos, ¿podría incluso superar la libertad creativa y la gran imaginación de maestros como Julio Cortázar? Y aún más, la provocación está servida mediante el título del conversatorio, «Manual de instrucciones para clonar a Julio Cortázar».

Jorge Gonzalvo es maestro en Domestika, con un curso sobre disparadores para hacer fluir la escritura, escritor y gestor cultural. Y declarado fan de Cortázar, de cuyo libro Historias de cronopios y de famas, por ejemplo, ha dicho: «es una deliciosa mezcla de cuentos, poesía y surrealismo que te engancha desde la primera página. Cortázar tiene una forma única de llevarnos a otros mundos que sólo pueden surgir de su mirada».

¿Hay razones para preocuparse? La narrativa creada por máquinas, que se sirve de millones de libros y textos y de un complejo engranaje probabilístico, puede generar un relato más o menos convencional, incluso algún pasaje que nos resulte un tanto atractivo pero aún se halla muy lejos de superar el talento creativo de los escritores humanos. Algunos expertos sugieren que vienen cambios que habrán de transformar este escenario hacia mediados de este siglo.

En entrevista, José Gordon nos recuerda que el neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga, quien estuvo presente en El Aleph, ve muy lejano ese escenario, ya que las máquinas carecen hasta ahora de la capacidad de abstracción de los seres humanos, de esas neuronas de concepto que nos permiten quedarnos con lo mínimo y lo muy distinto para crear nuevas cosas. “La inteligencia humana puede extenderse gracias a la inteligencia artificial, sin que esta necesariamente nos domine. Generar el ‘algoritmo Cortázar’ es prácticamente imposible porque en Cortázar se da una colisión de ideas y de mundos que son inexpresables con el ritmo interno que implica esta literatura. Eso es lo que creo que ocurre a la larga en los procesos creativos, sí hay algunos algoritmos que tal vez puedan ayudar a entender cuál es la mecánica de la expresión de cierto pensamiento pero salir de los límites implica entender, y eso sólo lo pueden lograr los humanos”.

La postura del autor de El libro del destino resuena con las voces del ámbito cultural y artístico que llaman a ver el fenómeno de la IA con mayor mesura y con una distancia crítica rigurosa, donde no estaríamos hablando en blanco y negro sobre escenarios catastrofistas o utópicos.

“Borges decía que un libro es la extensión de la imaginación. La ciencia y la tecnología también pueden ser vistas como una extensión de la imaginación. Gracias a ellas podemos tener fotografías de agujeros negros o descubrir zonas de la vida donde se complementan estas inteligencias y estas tecnologías para extender nuestros sentidos a niveles que jamás pensamos que podrían darse. Así que tenemos que cuidar de esas extensiones porque son parte del sueño humano. Recordemos que como extensiones de la imaginación tenemos los libros de Borges, pero también libros de ideas que bordean el fascismo. El tema no es tener miedo a que venga la tecnología a escribir cuentos de Cortázar sino pensar bien en cómo la vamos a utilizar”.

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