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De Madrid a Valladolid, el cambio de capitalidad del duque de Lerma

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Capitalidad Valladolid 1601 duque de Lerma

En 1601, España cambió la capital con el traslado de la corte de Felipe III de Madrid a Valladolid, motivado, probablemente, por la enorme influencia que tenía el poderoso valido del monarca, el duque de Lerma.

De Madrid a Valladolid ¿por qué?

Se suele atribuir a la escasa personalidad del rey Felipe III frente a la ambición de su valido, Francisco de Sandoval y Rojas, marqués de Denia y duque de Lerma.

Una de las causas pudo ser la llegada a España de la emperatriz María de Austria tras el fallecimiento de su esposo Maximiliano. La hija de Carlos V llegó a España en 1582 y el valido temía el poder que podía alcanzar la facción austracista, con la unión de María con la reina Margarita de Austria, que era nieta de Fernando I, emperador tras la abdicación de su hermano Carlos V. El intento del valido de alejar al rey de las influencias pro-Austria, pudo ser una razón de peso para sacarlo de Madrid y así continuar con el control de las decisiones del rey. Tampoco podemos olvidar temas de corrupción, algo que acompañó al valido hasta sus últimos días, y los grandes «pelotazos» inmobiliarios que obtuvo con el cambio de capital.

Retrato de Felipe III
Retrato de Felipe III por Juan Pantoja Pantoja de la Cruz
Los validos

Con Lerma dio comienzo la época de los poderosos validos, aquellos que gestionaron España casi por encima de los propios monarcas durante el periodo llamado de los Austrias Menores. A diferencia de Carlos I y Felipe II, que se apoyaban en los secretarios y los consejos, los validos eran el único filtro entre los informes que recibían y el rey, logrando un control casi total sobre las decisiones del monarca. Un buen ejemplo del poder que lograron es el cuadro de Rubens con Lerma a caballo al estilo de los reyes.

El duque de Lerma a caballo por Rubens

La importancia de Valladolid

Valladolid fue una ciudad clave para los Austrias españoles. Tanto Felipe II (1527) como su nieto Felipe IV (1605) nacieron en la ciudad. Además, Felipe II residió en la ciudad vallisoletana durante los primeros años de su reinado, desde la abdicación de su padre en 1555 hasta que en 1561 decidió instaurar la corte definitivamente en Madrid. También pasó mucho tiempo en la ciudad del Pisuerga su padre Carlos I, y aunque la corte aún era itinerante, se suele considerar a Valladolid como la capital de aquellos tiempos. Una muestra de ello la encontramos en su elección como lugar para emitir el Perdón Real que llegó tras la Guerra de las Comunidades.

Madrid, Valladolid… y Lisboa

Pero no fue Valladolid la única candidata a albergar la capitalidad. También hubo una corriente a favor de Lisboa, ciudad que se sentía huérfana de rey y que sólo lo albergó durante dos años a Felipe II (1581-1583) y un viaje de Felipe III en 1619. Lisboa tenía muchas ventajas como puerto de mar, ciudad fortificada y además era un lugar muy fértil. Luis Méndez de Vasconcelos fue quien más ardientemente defendió el debate sobre la idoneidad de Lisboa, que veía más apropiada que Madrid por su situación privilegiada para el imperio transoceánico.

Valladolid a finales del siglo XVI
Así era Valladolid a finales del siglo XVI

El traslado a Valladolid

Oficialmente la capitalidad de Valladolid duró poco más de cinco años, desde el 10 de enero de 1601, cuando se publica la orden, hasta el 4 de marzo de 1606, momento en que el rey abandona definitivamente la ciudad.

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Desde enero de 1600 ya se escuchaban rumores sobre el cambio de capital. En julio de ese año, los reyes visitaron la ciudad y pasaron más de un mes, aunque no fue hasta el 10 de enero cuando se publicó oficialmente. Un día más tarde el rey comenzó el viaje al que se unió la reina unos días después. Juntos entraron en Valladolid el 9 de febrero.

En 1600 ya se rumoreaba… «Se platica de mudar la corte a Valladolid»

Nuevo Palacio Real en Valladolid

La solución a la residencia del rey fue solucionada por Lerma. El antiguo palacio de los condes de Fuensaldaña fue elegido como Palacio Real, vivienda que, casualmente, había sido comprada por Lerma en 1601 y vendida posteriormente al rey. También había adquirido el valido el palacio de los marqueses de Camarasa, lugar donde se solían ubicar los monarcas cuando viajaban a la ciudad y que con anterioridad había pertenecido a Francisco de los Cobos, antiguo secretario de Carlos V. Este palacio también fue vendido a los reyes por Lerma, formando ambos terrenos el Palacio Real de Valladolid. Pero no quedó ahí los negocios inmobiliarios vallisoletanos del duque, pues también vendió a Felipe III el palacio de La Ribera, llamada «La Huerta del Rey», y que se convirtió en su residencia veraniega. Un lugar al lado del Pisuerga, con grandes jardines para que los reyes pudieran «merendar y goçar del río». Incluso tenía una plaza de toros.

Palacio de la Ribera Valladolid Felipe III
Palacio de la Ribera, la residencia veraniega de Felipe III durante su estancia en Valladolid

Aparte de las ganancias inmobiliarias, Lerma consiguió la alcaidía perpetua de las casas del Rey, cargo que tenía un salario de 1.200 ducados anuales (unos 240.000€ de hoy).

Y mientras la Corte estaba en Valladolid se hizo con muchos terrenos en Madrid, como la Quinta del Prior, finca cercana al Monasterio de los Jerónimos (actualmente solo Iglesia) que había pertenecido al hijo del duque de Alba y que se denominó la «Huerta del duque de Lerma”. En este lugar estaba su principal palacio, un lugar de espléndidos jardines y que incluía un teatro y un lugar para lidiar toros.

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El poder de ser la capital del reino

La llegada de la capitalidad a Valladolid provocó un notable aumento de su población hasta más del doble de vecinos. En 1601 contaba con unos 30k que llegaron en 1606 hasta los 70k. Por el contrario, Madrid perdió tres cuartos de sus moradores, pasando de 80k a 23k. Y eso que se había ordenado que no entrasen en Valladolid personas «venidas de fuera» sin una licencia especial, tratando de evitar maleantes y vagabundos.

Pero no todo fueron buenas noticias para Valladolid, pues la llegada de la Corte motivó la salida de algunas instituciones importantes. Tanto la Real Chancillería como el Tribunal de la Inquisición se trasladaron a Medina del Campo (aunque asegurando que volverían a la ciudad en caso de perder la capitalidad, como así fue). Esto motivó la salida de muchos jueces, oficiales y funcionarios, cuyas casas fueron ocupadas por la extensa corte que acompañaba a los reyes.

Capitalidad Valladolid 1601 duque de Lerma

Las razones de la vuelta a Madrid

Como ya hemos comentado apenas cinco años duró la nueva capitalidad en Pucela. Se han manejado varias opciones que motivaron su vuelta.

Primero, la salubridad de la ciudad, que había empeorado tras las epidemias de peste de 1597 y 1599, aunque la situación no era peor que en otras ciudades como Madrid. La segunda razón, y quizá la más probable, era el cansancio del rey de una ciudad que ya le parecía monótona. A esta opción ayudó la visita de los responsables de la ciudad madrileña que deseaban la vuelta del rey. Cuatro regidores y el corregidor visitaron al monarca y ofrecieron una fortuna (250k ducados en diez años y una parte de los alquileres de las casas durante ese tiempo) para que cambiara de opinión y regresara. La última de las posibles razones nos lleva de nuevo al valido, ya que al parecer, «los madrileños» pudieron convencer a Lerma de las ventajas de volver a Madrid con la cesión de algunos terrenos (como las Huertas de San Jerónimo que ya hemos comentado).

La vuelta a Madrid fue el declive para Valladolid

Desgraciadamente, el regreso de la corte a Madrid provocó una enorme crisis en la ciudad vallisoletana, debido a las enormes deudas que había adquirido en el municipio y que provocó la ruina de muchos, que habían empeñado sus ahorros para poder acoger a tanta gente. Fue el comienzo de la decadencia de la que no se recuperó hasta bien entrado el siglo XIX.

Lerma, el final del rey de la especulación

Fue el valido desde 1598, tras la muerte de Felipe II y la llegada al trono de su hijo, Felipe III. En 1618, tras 20 años de escándalos y corrupción, fue relegado de la corte y sustituido por su hijo, el duque de Uceda. Se retiró a Valladolid hasta su muerte en 1625, pero fue perseguido judicialmente, sobre todo tras la llegada al trono de Felipe IV. Para protegerse logró ser ordenado cardenal por Pablo IV, de esta forma se libraba de la justicia civil. No le ocurrió lo mismo a su círculo cercano, como el conde de Villalonga que fue condenado a prisión perpetua, acusado de más de 500 cargos; Alonso Ramirez de Prado que fue desterrado del reino; o Rodrigo Calderón, conde de Oliva de Plasencia, que fue ejecutado en la Plaza Mayor de Madrid.

escultura funeraria duque de Lerma
Escultura funeraria duque de Lerma en el Museo Nacional de Escultura

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