Hugo Silva ('Marbella'): "Para mí el lujo es sencillez, chancleteo y tener tiempo para mí" - La Opinión de Málaga

Entrevista | Hugo Silva Actor

Hugo Silva ('Marbella'): "Para mí el lujo es sencillez, chancleteo y tener tiempo para mí"

El actor de 'El Ministerio del Tiempo' y 'Mentiras pasajeras', que da vida a un abogado ambicioso pero seductor, dice que en la serie de Movistar Plus+ se lo ha pasado "pipa"

Hugo Silva, protagonista de 'Marbella'.

Hugo Silva, protagonista de 'Marbella'. / JUANLU REAL

Inés Álvarez

En la serie de Movistar Plus+ 'Nasdrovia', Hugo Silva (Madrid, 1977) daba vida a un torpe abogado que acaba formando parte de la mafia rusa. Ahora, en esa maravilla que es 'Marbella', ficción que acaba de estrenar esa plataforma, es César, el defensor legal de los narcos, que, pese a su desfachatez, logra no ser intolerable. Dice Dani de la Torre, uno de los creadores, que pensó en él por ese perfil que borda de «bribonzuelo guapete», uno de esos personajes que a él tanto le divierten. El mundo del lujo, dice, le parece superexótico, con lo que con César se lo ha pasado pipa. 

César es un abogado bastante inmoral, pero a la vez simpático. ¿Ha sido difícil encontrar el tono? 

Es que las referencias eran muy buenas. La narrativa e, incluso, los personajes que hemos conocido en los viajes a Marbella previos al rodaje, que es una fauna muy exótica, porque nadie vive así. Pero llegas allí y ves unos coches, unos yates, una ropa… y no cuadra. O sí, pero debes pensar un poco más allá. La narrativa de la serie tal como está concebida desde el guion tiene un estilo muy Scorsese. Creo que es la primera vez que se hace una cosa así en España, porque no somos muy de esa cultura, aunque la admiramos mucho y nos enganchamos a esas películas y series. Pero en nuestra cinematografía e, incluso, culturalmente no es algo que nos defina.

Parece haberlo disfrutado.

Cuando te pones a jugar, es muy divertido, claro. También muy exigente, porque César fluye muy bien, lo tiene todo bastante controlado, tiene una labia que te lía… Y para eso debes saber muy bien dónde estás ubicado y cuáles son tus límites. Aunque tuve mucha suerte con Dani (De la Torre) que, aunque te da mucha libertad, te acota muy bien. El trabajo previo ha sido exigente, pero el rodaje ha sido una superexperiencia. Y, luego, a mí todo el mundo del lujo me parece superexótico, porque no tengo nada que ver con esto, con lo que me lo he pasado pipa.  

"César es adicto a las situaciones límite, que es donde está cómodo. Y esto engancha al espectador"

Dani de la Torre tuvo claro que tenía que ser usted, que encaja en ese perfil de "bribonzuelo guapete"

Es que hay un punto infantil en el personaje, que recuerda al de 'El lobo de Wall Street', que si lo miras desde tu moral, no gusta, pero si lo haces como un espectador, y él se atreve a mirarte a los ojos haciéndote un poco cómplice de ese mundo, te puede resultar adictivo. Y es un personaje cuyo estado natural es el peligro. Es adicto a las situaciones límite, que es donde está cómodo. Y eso también engancha al espectador. 

Que rompa la cuarta pared ayuda.

Es que es un personaje que se permite romper con todo, incluso con la cuarta pared. Le pega mirar a cámara y hablarte, porque si se salta todas las leyes, esa convención sagrada que tenemos en la ficción también se la va a saltar. Y la narrativa era superimportante para que no fuese una historia más de mafiosos, sino que tuviese esa forma más espontánea de contar las cosas. 

Su mujer, Katy (Ana Isabelle), también participa en ese mundo. 

Es que no son personajes que convivan en ese ecosistema, sino que son activos, forman parte de él. 

La policía, Marta (Elvira Mínguez), representa, en cambio, la honradez entre tanto criminal.

Pero en la trama policial también hay mucho conflicto, porque hacen lo que tienen que hacer, pero los medios son poquísimos, no está pagado lo suficiente para el peligro al que están expuestos y, encima, ven cómo la gente que se supone son los malos se llevan el dinero, la fama e, incluso, culturalmente, con series como Narcos y demás, hay como una especie de mitificación. Entiendo que haya gente que caiga y que el sistema acabe corrompiéndose. Porque los narcos gastan en una noche lo que gana un policía en dos meses. 

¿Ya conocía el lujo de Marbella por asistir a sus fiestas?

No, no es un sitio que frecuente. Es un sitio precioso y entiendo que allí hay gente que vive del lujo, gente que consume lujo y gente que va a ver cómo consumen el lujo, lo que no deja de ser exótico. Pero, por suerte, no trabajo en el lujo y no lo consumo, ya que para mí el lujo está más en la sencillez y en el chancleteo, y en tener tiempo para mí, y no me seduce ir a ver cómo la gente lo consume. Pero no le quitaré valor. De hecho, durante el rodaje descubrí que tiene una oferta gastronómica brutal. 

¿Les preocupaba si se molestarían los marbellís?

No creo. Además, es que no se habla de Marbella, sino de un ecosistema que está ahí. Todo está inspirado en un

Estoy en un momento en el que mis personajes son mucho más divertidos. Es como que la historia es menos exigente con ellos, ya que tienen muchas licencias para tener fallos, contradicciones... A veces ni siquiera son el protagonista, con lo que me estoy divirtiendo muchísimo. Me gusta que los personajes no sean perfectos, que tengan contradicciones y les pasen cosas. A mí ya no me quita el sueño tener que justificar a mi personaje. Si no lo entiendo, casi mejor. Me divierto más. Es muy raro encontrar a alguien totalmente coherente. Nos equivocamos y lo hacemos lo mejor que podemos. Que haga cosas que yo no haría me parece más divertido y más atractivo.