Una epidemia silenciosa

Una epidemia silenciosa

11 mayo, 2024 ,
Foto: Pixabay

Bernardo Kliksberg (*)

Un Cuadro Intolerable

El 31 de mayo próximo las Naciones Unidas ha llamado a homenajear al Día Mundial de Lucha contra el Tabaquismo. Hay actualmente 1250 millones de fumadores. Esta enfermedad causa 250 tipos de cánceres, ataca el sistema cardiovascular, y provoca todo tipo de enfermedades agudas. Se estima que los fumadores pierden más de 35 años de vida. Es la única industria que mata a la mitad de sus consumidores frecuentes. Mueren por fumar 8 millones de personas anualmente, de ellas 1,3 son fumadores pasivos que lo hacen de manera indirecta por estar en ambientes con olor a tabaco o conviviendo con personas que lo ingieren o cerca de ellas. Para tener una idea comparativa, la OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que el coronavirus le quitó la vida a 10 millones. El 80% de los fumadores está en países de nivel medio o bajo. El consumo regular contribuye a la pobreza, los problemas de salud, y la contaminación del medioambiente.

El tema del cigarrillo afecta a todo el planeta. En el 2020 fumaba el 22% de sus habitantes, el 37% eran hombres y 7,8% mujeres. Ante las elevadísimas cifras de morbilidad y mortalidad generadas por esta epidemia, en el año 2003 182 países adoptaron el convenio marco lanzado por la OMS para el control de tabaco. De acuerdo al mismo, debían llevar a sus políticas nacionales leyes y ordenaciones que entre otras cosas:

  • Subieran el precio del tabaco para hacerlo más prohibitivo.
  • Prohibieran el fumar en lugares públicos y en espacios cerrados.
  • Advirtieran a través de las cajetillas que el tabaco destruye los pulmones y mata.
  • Pusieran límites a la publicidad del tabaco.
  • Informaran a la opinión pública que fumar genera adicción.

74 países integraron la legislación antitabaco a nivel nacional. Con eje en la OMS, se hizo una masiva educación y campaña de difusión explicando que no se estaba restringiendo ningún derecho ni quitando mercado a las grandes empresas, porque aquel que contrae la adicción está perdiendo toda su libertad, convirtiéndose en esclavo de un vicio que le quitará muchos años de vida. La nicotina en primer lugar, y otros componentes del tabaco, lo dejan inerme frente a él. Por otra parte, la propaganda casi salvaje que los grandes productores llevan adelante sistemáticamente para seducirlo y engañarlo en base a fake news, los lleva a dejar de razonar sobre el tema. Durante muchos años Marlboro se presentaba como sinónimo de juventud, belleza y fuerza. Fumar se asociaba con deportes y éxito personal y social. La sociedad civil se defendió con todas las posibilidades a su alcance de este flagelo denunciándolo con apoyo del sistema de la ONU. Una jueza americana notable, después de un largo juicio condenó criminalmente y obligó a las empresas del cigarrillo ha admitir que durante décadas habían mentido deliberadamente, ocultado las pruebas de los daños que causaba y comprado científicos para que se sumaran a la publicidad protabaco. Además de penas multimillonarias, las obligó a publicar repetidamente en los principales diarios del mundo su confesión.

Una Lucha En Ascenso

El consumo mundial tiende a descender. La OMS ha cerrado el paso a los nuevos productos que se autocalifican saludables como el cigarrillo electrónico, mostrando que son igualmente fatales. Ha creado con inteligencia artificial el programa SARAH para educar. Hay países que dan el ejemplo como Uruguay que usa nuevas normas muy creativas. México asolado por el problema, subió fuertemente el precio y enfrentó las transnacionales. Israel ha ideado un plan de medidas efectivas y ante el ascenso del estrés, ha subido en un 270% el precio para reducir los fumadores. Francia está examinando prohibiciones semi totales. Otros han vedado su venta a jóvenes.

Se impone redoblar la lucha para seguir salvando vidas.

(*) Asesor de diversos organismos internacionales. Doctor Honoris Causa de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Apareció su nueva obra “Hacia dónde va la responsabilidad social en el mundo” (2024, Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires). [email protected]

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3 thoughts on “Una epidemia silenciosa”
  1. Los que fuman no son esclavos de un vicio, ni tampoco fumar es una enfermedad. Cuando la persona nace, Dios la protege de vicios, pero cuando ya no es niña(o), sino que sabe lo que es malo, Dios la deja y, si no ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, porque se haya arrepentido de sus pecados, entonces viene un demonio y le invade haciéndole cometer males incluso contra sí misma. Sólo Cristo puede sacar dichos demonios.

  2. Este tipo siempre preocupado por idioteces…. Y encima su nota comienza con «las naciones unidas…» Vive en un mundo paralelo de Disney

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