Las cabinas se han convertido en un opción cada vez más demandada para disponer de un pequeño espacio para trabajar o pernoctar debido a su facilidad de montaje y transporte y a su relativo bajo coste. Existen diseños para todos los usos, gustos y formatos, desde las cabinas más tradicionales que recuerdan cabañas del bosque, otras también de madera pero con formas más contemporáneas, futuristas, con materiales metálicos, etc. Incluso las hay más atrevidas e impactantes, como la desarrollada por Peter Markos con un concepto de “monocasco”.
Estética, ingenio y eficiencia
La cabina “monocasco”, o Monocoque Cabin, ha sido diseñada por el arquitecto Peter Markos en un granja de Shropshire (Reino Unido) en colaboración con los especialistas en prefabricación BlokBuild y Price & Myers. La cabina se encuentra rodeada de un bosque y está concebida como una cabaña de madera que se distingue por su forma orgánica que evoca las formas de un capullo. Destaca su innovadora técnica constructiva, inspirada en los principios estructurales empleados en las industrias aeroespacial y automovilística las cuales envuelven las estructuras con una piel exterior o “monocasco”.
Siguiendo este concepto, la Monocoque Cabin se “inspiró en el diseño monocasco de los aviones de combate Mosquito de Havilland de la Segunda Guerra Mundial, que destacan como ejemplos primordiales de construcción monocasco, con lo que la cabaña pretende llevar este nivel de ingenio y eficiencia a la arquitectura y los espacios domésticos”, explica el arquitecto.
La meticulosidad en los detalles es una característica destacada de esta cabaña. Desde un adorno tallado a mano hasta un tirador de puerta de nogal, cada elemento ha sido cuidadosamente seleccionado para complementar la estética general de la estructura. Además, se ha incorporado tecnología sostenible, como una turbina eólica y paneles solares, para garantizar su autosuficiencia energética y poder estar aislada de la red eléctrica.
La cabina tiene unas dimensiones de 3,3 metros de ancho por 3,5 metros de alto y 9 metros de longitud. Su estructura está compuesta por una costilla estructural de madera contrachapada de abedul, revestida con tejas decorativas de cedro. Un entarimado exterior elevado rodea la fachada, proporcionando un espacio al aire libre con vistas panorámicas al entorno natural. Según Markos, estos sistemas monocasco son “únicos porque distribuyen las cargas a través de la piel externa de la estructura, lo que da como resultado un diseño que es a la vez rígido, fuerte y ligero, parecido a la cáscara de un huevo”.
Madera para armonizar con el entorno
La cabina cuenta con un entarimado exterior elevado que la rodea y por el que se accede mediante una escalera de acero. En su interior, la cabaña ofrece una distribución compacta, pero funcional. Un pasillo conecta los diferentes espacios, que incluyen un salón-cocina equipado con una estufa de leña, un cuarto de baño y un dormitorio. La estructura de madera tiene aberturas de policarbonato translúcido que permite la entrada de luz natural, creando un ambiente acogedor y luminoso.
La madera es el material principal de la cabaña, elegido no sólo porque “rinde homenaje a estos diseños históricos, sino que también garantiza que el edificio armonice con su entorno rural ya que, con el tiempo, estos materiales envejecen y se vuelven grises de forma natural, realzando la belleza de la estructura y mezclándola aún más con el paisaje, de forma muy parecida a los diseños perdurables que se encuentran en las construcciones aeroespaciales y automovilísticas, diseñadas para durar y evolucionar con el tiempo”.
El proyecto de la Monocoque Cabin fue desarrollado gracias a un concurso de alojamientos únicos organizado por Airbnb que, tras ganarlo, permitió su financiación. El proyecto impulsó la fundación del estudio de arquitectura Markos Design Workshop con el que pretende replicar la cabina en diferentes lugares, mejorando su diseño para adaptarse a las necesidades específicas de los clientes.
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